Ucrania aseguró que espera reanudar “esta semana” la exportación de cereales por el mar Negro por primera vez en cinco meses de guerra, pese a que Rusia bombardeó el fin de semana el puerto de Odesa, vital para el envío de grano, como establece el histórico acuerdo sellado entre Kiev y Moscú bajo auspicios de la ONU.
“Esperamos que el acuerdo comience a funcionar en los próximos días. Estamos preparando todo para comenzar esta semana”, dijo el ministro de Infraestructura de Ucrania, Oleksandr Kubrakov.
Según el ministro, el principal obstáculo para la reanudación de las exportaciones es el riesgo de bombardeos rusos, como el ataque que tuvo lugar el sábado sobre el puerto de Odesa en el mar Negro.
Rusia afirmó el domingó que destruyó un edificio militar y armas occidentales en ese puerto vital para la exportación de granos.
Este lunes, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reiteró que los ataques solo estaban “dirigidos a la infraestructura militar” y que no tenían “nada que ver con la infraestructura utilizada para la aplicación del acuerdo de exportación de cereales”. “Es por eso que no puede ni debe obstaculizar el inicio del proceso de carga”, agregó.
El convenio, firmado bajo auspicios de la ONU, prevé unos “corredores seguros” para que los navíos mercantes puedan transitar por el mar Negro y deberá permitir la exportación de entre 20 millones y 25 millones de toneladas de grano bloqueados en Ucrania.
También deberá facilitar los envíos agrícolas rusos y ayudar a mitigar el hambre que, según la ONU, enfrentan 345 millones de personas en el mundo.
Garantizar la seguridad
Kubrakov pidió tanto a Turquía como a Naciones Unidas, los garantes del acuerdo, que garantizaran la seguridad de los convoyes ucranianos. “Si las partes no garantizan la seguridad, no funcionará”, advirtió.
Ucrania y Rusia son responsables de alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo. El conflicto, que inició con la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, golpeó con especial dureza al continente africano, donde los precios de los cereales se dispararon.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, está actualmente de gira en varios países de África para tranquilizar a los países dependientes de los cereales ucranianos. Tras haberse reunido el domingo con sus socios de la Liga árabe, viajó el lunes al Congo.
El acuerdo de Estambul no impidió que Rusia siguiera bombardeando la línea del frente el fin de semana, cuando el conflicto entra en su sexto mes.
Combates en el frente
Según el Estado mayor ucraniano, los bombardeos continuaron la madrugada del lunes en Mykolaiv (sur), en la región de Jersón (sur), en la región de Járkov (noreste) y en las provincias de Donetsk y Lugansk, parcialmente controladas por separatistas prorrusos desde el 2014.
En la región de Jersón, ocupada en su mayoría por las tropas rusas, “podemos hablar de un vuelco sobre el terreno. Las fuerzas armadas de Ucrania tuvieron la ventaja en operaciones recientes”, según dijo el domingo el consejero del jefe de la administración militar regional ucraniana, Sergiy Khan.
“Podemos decir que estamos pasando de acciones defensivas a contraofensivas”, agregó, haciendo hincapié en que la región será “definitivamente liberada” para septiembre.
La ciudad de Jersón cayó en manos de las tropas rusas el 3 de marzo. Fue la primera ciudad importante en caer en manos de Moscú desde el inicio de la invasión y es la puerta de entrada a la península de Crimea, que Rusia anexionó en el 2014.
En ese contexto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, llamó en su tradicional discurso televisado a sus ciudadanos a permanecer “unidos y trabajar juntos para la victoria”, antes de “celebrar por primera vez el día de la soberanía de Ucrania, el 28 de julio”.
“Incluso los ocupantes admiten que ganaremos. Lo escuchamos en sus conversaciones, todo el tiempo, en lo que dicen a sus seres queridos cuando los contactan”, añadió el líder ucraniano.
De su lado, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, calificó la invasión como una guerra contra la unidad de Europa.
“No debemos dejar que seamos divididos, no debemos dejar que el gran trabajo de una Europa unida que hemos comenzado de manera prometedora sea destruido”, dijo en un discurso el domingo.
Mientras tanto, el Reino Unido acordó con Ucrania organizar la próxima edición del concurso de canción Eurovisión para el 2023.
Kiev ganó el certamen de este año, pero debido al conflicto, no le será “posible acoger el acontecimiento”, indicó en un comunicado la ministra de Cultura británica, Nadine Dorries.
Ucrania había denunciado inicialmente la decisión de retirarle la recepción de la próxima edición, exigiendo negociaciones adicionales.