Las cadenas de suministro rara vez han aparecido en los informes de ganancias de las empresas durante las tres décadas desde que la globalización despegó en serio, salvo por la mención ocasional de los beneficios de los bajos costos y los inventarios reducidos. Sin embargo, en esta temporada de ganancias, la escasez inducida por el COVID se encuentra entre los primeros problemas mencionados por muchas empresas.
La variante ómicron ha empeorado los atascos al obligar a los trabajadores, en muchas industrias y el negocio de logística que los une, a ponerse en cuarentena. Y la escasez tanto de personal como de materiales está contribuyendo a la inflación, elevando los costos en todos los ámbitos.
El 25 de enero, los inversionistas decepcionados hicieron que el precio de las acciones de GE cayera un 6% después de que Larry Culp, el jefe del icono industrial, dijera que los “vientos en contra” de la cadena de suministro habían afectado especialmente a su negocio de atención médica. Los ingresos del cuarto trimestre disminuyeron un 3.5% interanual. El mismo día, Gregory Hayes, jefe de Raytheon, presentó resultados mixtos y señaló que la empresa de defensa había “experimentado su cuota de interrupciones en el suministro”.
Otros vaticinan problemas venideros. El 26 de enero, Boeing dijo que las cadenas de suministro no eran una “restricción” porque su producción de aviones comerciales era baja y los inventarios estaban llenos. Pero, agregó, las materias primas, la mano de obra y los desafíos logísticos eran un “elemento de observación”. Horas después, Tesla dijo que los problemas en la cadena de suministro lo habían obligado a operar fábricas por debajo de su capacidad.
Las empresas europeas no son inmunes. El 21 de enero, Siemens Gamesa, un gigante de turbinas eólicas, culpó a los problemas de la cadena de suministro por los malos resultados y una advertencia de ganancias. Vestas, su rival, ha expresado preocupaciones similares. EY, una consultora, calcula que las empresas que cotizan en bolsa en Gran Bretaña emitieron un 19% más de advertencias de ganancias en el último trimestre del 2021 que un año antes. Un número récord culpó a la interrupción de la cadena de suministro y al aumento de los costos.
La escasez no se parece a nada que se haya visto antes. Una crisis de chips eliminó casi 10 millones de unidades, o más del 10%, de la producción anual de automóviles en el 2021, en tanto las empresas redujeron drásticamente los pedidos al comienzo de la pandemia y quedaron al final de la fila cuando la demanda se recuperó.
Los signos de mejora son raros. Este mes, Toyota dijo que reduciría la producción en 150,000 vehículos, o alrededor del 18%, en febrero por falta de chips. GE culpó parte de los problemas de su brazo de atención médica a la crisis de los chips. Las grandes empresas estadounidenses encuestadas por el Departamento de Comercio de Estados Unidos informaron que sus inventarios de chips habían disminuido de 40 días en el 2019 a menos de cinco días en el 2021, y no esperaban ninguna mejora durante al menos los próximos seis meses. El departamento ha advertido que la continua escasez podría obligar a las fábricas a cerrar.
El transporte de mercancías tampoco se está volviendo mucho más libre. Las tarifas de envío de contenedores están volviendo a los niveles récord del verano pasado. Los analistas no esperan mucho alivio antes de la segunda mitad del año.
La escasez de trabajadores está haciendo la vida aún más difícil. IHS Markit, una consultora, señala que la fuerza laboral de Estados Unidos está 4 millones por debajo de los niveles previos a la pandemia, la de Europa se ha visto interrumpida por la reducción del movimiento de trabajadores migrantes y la de Asia por nuevos y estrictos confinamientos.
Raytheon culpó a la escasez de soldadores calificados por la escasez de “piezas fundidas”, vitales para las palas de las turbinas de los motores a reacción. American Trucking Associations, un organismo comercial, dijo el año pasado que la industria enfrentaba una escasez de 80,000 camioneros.
Todas estas restricciones aumentan los costos de las piezas, materiales y salarios. Si se suma los precios de energía más altos, las empresas industriales en todas partes enfrentan un comienzo difícil para el 2022. Con todos estos obstáculos que muestran pocos signos de desaparecer, las cadenas de suministro bien pueden ocupar un lugar destacado en la lista de excusas si las empresas revelan resultados trimestrales decepcionantes dentro de unos meses.