Varios supermercados españoles comenzaron a racionar la venta de aceite de girasol para evitar que los consumidores se lancen por grandes reservas ante el temor de que la guerra en Ucrania acabe con el suministro.
“Debido a la situación de fuerza mayor en Ucrania se están produciendo problemas de suministro de aceite de girasol. Por este motivo, la compra de este producto está limitada a tres unidades de un litro o una unidad de cinco litros por cliente y día”, se leía en los carteles que colgaban de las estanterías de varios supermercados de la empresa El Corte Inglés en Madrid.
Por su parte, la cadena de supermercados Mercadona, la más importante de España, limitó la compra de aceite de girasol a cinco litros por cliente en su página web.
La introducción de estas restricciones se debe “al comportamiento atípico del consumidor”, que se ha precipitado hacia el aceite de girasol creando una “demanda anómala”, explicó la Asociación española de distribuidores, autoservicios y supermercados (Asedas) en un comunicado.
Algunos consumidores pretenden anticipar así una posible escasez del producto, ya que Ucrania suministra la mitad del comercio mundial de aceite de girasol, lo que representa el 14% de las operaciones globales de aceites vegetales, según analistas.
En plena invasión rusa, el gobierno ucraniano instauró el domingo una licencia para limitar las exportaciones de algunos productos agrícolas, entre ellos el aceite de girasol.
Para Primitivo Fernández, director de la Asociación Nacional de las Industrias de aceites comestibles (Anierac), “por el momento no hay un problema de desabastecimiento”.
Aunque, si el conflicto se extiende, “es probable que haya tensiones para conseguir aceite de origen de todo el mar negro, no solo de Ucrania”, agregó.
Famoso por sus extensos campos de girasol, Ucrania es el primer productor mundial de este oleaginoso y el primer exportador mundial de su aceite.