El presidente serbio, Aleksandar Vucic, que el pasado domingo revalidó su cargo con una rotunda victoria electoral, aseguró en una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, que Serbia quiere entrar en la Unión Europea (UE) y mantener también su estrecha relación con Moscú.
“La República de Serbia seguirá la política de la vía europea y también de la preservación de sus relaciones tradicionales sinceras y amistosas con la Federación Rusa”, dijo Vucic durante una llamada para agradecer a Putin sus felicitaciones por su triunfo electoral, informó su gabinete en un comunicado.
Durante la charla, Vucic “expresó su esperanza de que el conflicto en Ucrania termine lo antes posible”.
Serbia, candidato a entrar en la UE, su mayor socio económico e inversor, es, junto a Bielorrusia, el único país europeo que no se ha sumado a las sanciones impuestas a Rusia.
Además, es de los pocos países donde ha habido multitudinarias manifestaciones de apoyo a la invasión rusa de Ucrania y buena parte de los medios de comunicación son abiertamente prorrusos.
Rusia apoya a Serbia en el no reconocimiento de la independencia de su antigua provincia de Kosovo, como sí han hecho Estados Unidos y todos los miembros de la UE excepto cinco, entre ellos España.
Ambos presidentes coincidieron en que hay que actualizar pronto las cantidades y precios del gas ruso que compra a Serbia, ya que el actual contrato expira el 31 de mayo Serbia depende casi totalmente del petróleo y del gas de Rusia, y la compañía estatal rusa Gazprom Neft es propietaria del 56% de las acciones de la petrolera serbia NIS.
La UE debate un embargo del petróleo ruso como represalia a la agresión de Rusia contra Ucrania, y Serbia recibe el crudo a través del territorio de países comunitarios.