En el 2022, es probable que el mundo experimente uno de los años más cálidos que se hayan registrado, lo que pone de relieve las preocupaciones sobre la necesidad de abordar el cambio climático.
Se anticipa que la temperatura global promedio será cerca de 1.09 °C mayor que los niveles preindustriales, señaló el martes Met Office, el servicio meteorológico del Reino Unido. Si bien se espera que las temperaturas sean levemente más bajas que las que se han registrado algunos años desde el 2015, será el octavo año consecutivo con temperaturas 1 °C por encima de los niveles del período preindustrial.
Científicos climáticos han dicho que las temperaturas globales no harán más que aumentar si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo que fenómenos meteorológicos como olas de calor se vuelvan más frecuentes y amenazando con causar más muertes y perjudicar la producción de alimentos.
Los rendimientos de los cultivos globales podrían disminuir cerca de 30% debido al cambio climático, mientras que se espera que la demanda de alimentos aumente un 50% en las próximas décadas, según las Naciones Unidas.
Esa serie de aumentos en la temperatura promedio desde 2015 “enmascara la enorme variación de temperatura en todo el mundo”, dijo en un comunicado Doug Smith, experto en predicción climática de Met Office. “Algunos lugares como el Ártico se han calentado varios grados desde la época preindustrial”.
Los recientes diálogos climáticos organizados por la ONU en Glasgow intentaron mantener viva la esperanza de limitar el aumento de las temperaturas globales a 1.5 °C por encima del período preindustrial. Los diálogos lograron algunos acuerdos sobre la comercialización de metano y carbono, pero las esperanzas de un claro manifiesto para eliminar el carbón se vieron frustradas con compromisos más moderados.
Met Office indicó que las temperaturas el próximo año se verían levemente limitadas debido a la influencia del fenómeno meteorológico de La Niña en el Pacífico. Un invierno más frío en la región podría aumentar el apetito por gas natural licuado en Asia, el mayor comprador mundial del combustible.