Alrededor de 300 empresas extranjeras cesaron sus actividades en Moscú tras la imposición de las sanciones occidentales en represalia por la invasión de Rusia a Ucrania, declaró el alcalde de la capital rusa, Serguéi Sobianin.
“Sabemos que podemos enfrentar nuevos retos y nuevos problemas. Esto se refiere a las compañías con participación extrajera, que son muchas en Moscú, varios miles, y al día de hoy cerca de 300 anunciaron el cese de sus actividades”, afirmó durante la apertura de un centro de empleos, según Interfax.
El jefe de la Administración capitalina señaló que la reapertura de estas empresas “dependerá de los propietarios de estas compañías”.
“Nuestra tarea es garantizar puestos de trabajo a las personas que trabajaban en ellas en caso de despidos. En general se trata de trabajadores altamente cualificados y bien pagados, que naturalmente serán demandados por otras empresas de Moscú”, dijo.
El alcalde subrayó que en estos momentos el nivel de desempleo en Moscú se encuentra en el nivel más bajo de su historia.
“Moscú y todo el país en general experimentan dificultades económicas, vinculadas principalmente a la presión a gran escala de las sanciones. Podemos decir que nos han declarado una guerra económica”, constató.
Sobianin reconoció que la población expresa su preocupación respecto a sus empleos y salarios, prácticamente después de haber sobrevivido “el grave período de la pandemia, cuando los moscovitas tenían las mismas preocupaciones y toda una serie de empresas redujeron considerablemente su personal”.
“Superamos bastante rápido aquella situación, en Moscú se reformateó todo el sistema de trabajo y empleo, se crearon cerca de cincuenta centros multifuncionales de documentación, se crearon centros dedicados a programas especiales para ofrecer trabajo a personas que experimentan dificultades especiales”, señaló.
Entre los grupos más afectados, Sobianin citó a los jóvenes, a las personas en edades cercanas a la jubilación e inválidos.
Tras el inicio de la invasión rusa contra Ucrania (Moscú la llama “operación militar especial”), condenada por la comunidad internacional, Rusia se convirtió en el país con más sanciones a nivel mundial, por encima de Irán o Venezuela.
Entre más radicales se encuentran los cierres de espacios aéreos a los aviones rusos, la desconexión parcial de la banca rusa del sistema Swift, el congelamiento de parte de la reserva en divisas de Rusia, además de sanciones personales que incluyen el liderazgo del país, incluyendo al presidente ruso, Vladímir Putin.