Rusia reanudó este jueves el suministro de gas a Europa a través del gasoducto Nord Stream con una capacidad prevista del 40% en un ciclo de 24 horas, la misma que tenía antes de la parada técnica de diez días, lo que consiguió calmar de momento al mercado, que reaccionó con una caída del precio.
“Nord Stream AG ha finalizado exitosamente todos los trabajos de mantenimiento planificados en los dos hilos dentro del periodo establecido. La transmisión de gas se reanudó el 21 de julio”, indicó la operadora del gasoducto con sede en Suiza.
El mercado reaccionó con una disminución de precios al inicio de la negociación y pasado el mediodía el gas natural para entrega en agosto en el mercado holandés se negociaba a 146 euros por megavatio hora (MWh), un 8.25% menos con respecto al cierre de ayer.
La misma capacidad previa a la parada
Nord Stream, controlado en un 51% del capital por la gasística rusa Gazprom, abrió el grifo a las 06:00 hora local (04:00 GMT) con el suministro de 29′284,591 kWh durante dos horas, para luego aumentar las nominaciones a 29′292,183 kWh para las restantes 22 horas, lo que equivale en total a 66.6 millones de metros cúbicos.
Antes del mantenimiento anual de los dos hilos del gasoducto, que transporta gas ruso directamente a Alemania por debajo del mar Báltico, el volumen de suministro fue de 67 millones de metros cúbicos diarios, es decir el 40% de su capacidad, tras dos recortes seguidos en junio que sumaron un 60% en total.
La capacidad normal del gasoducto, lanzado en el 2011 y que enlaza Portovaya, en la región rusa de Leningrado con Lubmin, en el noroeste de Alemania, es de 167 millones de metros cúbicos diarios.
El responsable de la Agencia Federal de Redes alemana o Bundesnetzagentur, Klaus Müller, confirmó en un tuit que el nivel del flujo de Nord Stream alcanzará aproximadamente el 40% de su capacidad, pero lamentó que se mantengan “la incertidumbre política y el recorte del 60% de junio”.
Rusia despejó con la reanudación del Nord Stream cierta incertidumbre, ya que Europa no estaba segura de que iba a reabrir el grifo, pese a que el presidente ruso, Vladímir Putin, indicara el martes que “Gazprom cumple, ha cumplido y pretende cumplir todas sus obligaciones” con sus clientes europeos.
Las dudas permanecen
Francia siguió hoy anticipando que Rusia cortará totalmente el suministro de gas a Europa y la Comisión Europea (CE) tiene claro que “Rusia está chantajeando” a los Veintisiete al utilizar el gas como “arma”.
La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen pidió en la víspera (miércoles) a los países miembros reducir en un 15% el consumo de gas entre el 1 de agosto y el 31 de marzo del 2023 y estar “preparados” ante un posible corte parcial o total del suministro de gas ruso.
La Unión Europea (UE) ya ha llenado sus depósitos de gas al 64% de su capacidad -el objetivo es el 80% para noviembre- y ha aumentado el suministro de gas no ruso en 35,000 millones de metros cúbicos desde enero gracias al incremento desde otros países como Noruega, Azerbaiyán, el Reino Unido y el norte de África.
En todo caso Rusia no ha logrado eliminar todas las dudas sobre el futuro del Nord Stream, que opera actualmente con solo dos turbinas debido a problemas de reparación de los motores en el exterior y fallos de equipos de la infraestructura, según alega.
Que se pueden avecinar nuevos problemas con el Nord Stream ya lo adelantó Putin el martes, cuando señaló que el próximo día 26 otro motor debe ser enviado para su reparación al extranjero y si el que se acaba de revisar en la planta de la empresa alemana Siemens en Canadá no vuelve a tiempo solo habrá una turbina funcionando.
El motor estaba atrapado en Canadá por las sanciones occidentales impuestas a Rusia por su campaña militar en Ucrania, pero finalmente Ottawa permitió su envío a Alemania para que desde allí fuera devuelto a Rusia.
Un motor y las sanciones
Por ahora el motor no ha sido recibido por Rusia y Gazprom ha pedido a Siemens documentación que certifique su devolución y en qué condiciones técnicas debido a las sanciones.
Se espera que el motor llegue entre el viernes y el domingo a Rusia, según el diario Kommersant, pero luego serán necesarios tres o cuatro días más para montarlo.
De no poder instalarse a tiempo, el Nord Stream tendría que reducir aún más sus suministros, hasta 30 millones o 33 millones de metros cúbicos al día, lo que supondría apenas un 18% o casi 20% de su capacidad, según advirtió Putin.
“Las dificultades tecnológicas relacionadas con los suministros se deben a las restricciones que los propios Estados europeos han introducido”, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“Son estas restricciones las que no permiten la reparación de equipos, incluidas las turbinas que operan en estaciones compresoras” del Nord Stream, dijo.
A la preocupación en torno a este gasoducto se suma que Rusia haya reducido en mayo casi un 30% los suministros a Europa a través de Ucrania, a unos 41 millones de metros cúbicos diarios, ya que Ucrania no permite el tránsito por una estación que atraviesa ahora territorio controlado por las tropas rusas en Lugansk.