Una pintura de Diego Rivera. Un par de zapatos Prada. Una gorra de béisbol. El FBI no dijo por qué incautó esos artículos y más en allanamientos realizados en octubre pasado, pero ahora las razones se están volviendo evidentes: las autoridades federales sospechan que el multimillonario ruso Oleg Deripaska ha estado evadiendo las sanciones estadounidenses.
Deripaska ha sido sancionado desde el 2018 por sus vínculos con Vladímir Putin, y las incautaciones en una mansión de Washington y una casa en Nueva York vinculadas a él son anteriores a la invasión de Ucrania. Pero la investigación de los activos de Deripaska ahora es parte de una escalada de medidas estadounidenses contra los rusos ultra ricos sospechosos de lavar dinero y ocultar activos para ayudar a financiar el régimen de Putin.
Las redadas fueron pasos clave para descubrir información que pueda determinar si, y cómo, Deripaska trasladó dinero. Entre los artículos que fueron retirado de las propiedades de Nueva York y Washington había media docena de obras de arte, gafas de sol, botas de montaña, artículos para el hogar, registros financieros, facturas telefónicas y otros documentos, según las personas, que pidieron no ser identificadas porque la investigación no se ha hecho pública.
La investigación de Deripaska ahora es parte de un grupo de trabajo especial del Departamento de Justicia de Estados Unidos denominado “KleptoCapture”, según el fiscal federal de Nueva York, Andrew Adams, que dirige el grupo.
“A medida que Rusia y su agresión continúan, tenemos nuestros ojos en cada obra de arte y bienes raíces comprados con dinero sucio”, dijo la fiscal general adjunta Lisa Monaco en una reciente conferencia de prensa.
En el 2020, cuando Deripaska estaba en una batalla legal para conseguir que se levantaran las sanciones, dijo en una presentación judicial que el Gobierno de Estados Unidos no había podido probar las acusaciones que llevaron al Departamento del Tesoro a poner su nombre en una lista de rusos adinerados que enfrentan sanciones. Su demanda fue desestimada por un juez federal el año pasado.
Una portavoz de Deripaska rechazó las acusaciones de Estados Unidos y la sugerencia de vínculos con Putin o las propiedades allanadas. “Ni una sola investigación sobre el Sr. Deripaska ha aportado alguna evidencia que respalde las mentiras y las acusaciones sin fundamento en su contra”, dijo en un comunicado. “Pensar que incautar gorras de béisbol y zapatos en casas que ni siquiera pertenecen al señor Deripaska de alguna manera hará más creíbles esas mentiras es absurdo”.
Los hallazgos de las sanciones del Departamento del Tesoro de 2018 contra Deripaska hicieron hincapié de sus vínculos con Putin. Ha viajado con pasaporte diplomático ruso y actuó como emisario del Estado bajo la dirección de Putin. Los hombres son tan cercanos que los funcionarios del Tesoro alegan que Deripaska lavó dinero a través de su empresa para Putin y mantuvo activos en su nombre.
El multimillonario ha dicho en documentos judiciales que las acusaciones de que lavó fondos y poseía activos para Putin eran falsas. En una publicación de Instagram del 2019, dijo que las sanciones “me han sido impuestas arbitrariamente por razones políticas”.
Batalla legal
Deripaska, que hizo su fortuna dirigiendo una de las empresas de aluminio más grandes del mundo, perdió la batalla legal para levantar las sanciones. En su demanda del 2019, calificó las restricciones de injustas y dijo que habían eliminado miles de millones de dólares de su riqueza. El mes pasado, un tribunal de apelaciones confirmó la desestimación de la demanda por parte del juez.
Deripaska se ha manifestado en contra de la reciente invasión rusa de Ucrania, pidiendo la paz y describiendo el conflicto como una “locura” en publicaciones en la aplicación de mensajería Telegram.
En el momento de las redadas de octubre, Deripaska emitió un comunicado en el que reconocía sus vínculos con las propiedades de Nueva York y Washington, pero dijo que pertenecían a familiares y denunció la investigación del Gobierno.
Deripaska y las empresas que controla, entre ellas el productor de aluminio United Co. Rusal y EN+ Group, se convirtieron en objetivos de las autoridades estadounidenses a raíz de la intromisión rusa en las elecciones presidenciales del 2016. Se encontraban entre las decenas de ciudadanos y empresas rusas sancionadas en el 2018 por el Departamento del Tesoro, que alegó que habían contribuido a “actividades malignas a nivel mundial”, incluida la invasión de Crimea, en el sureste de Ucrania, en el 2014.