Estrella ascendente de la política británica, el ministro de Finanzas del Reino Unido, Rishi Sunak, tras solamente dos años en su cargo es visto como un serio candidato, llegado el caso, a reemplazar como primer ministro a Boris Johnson, debilitado por varios escándalos.
Con una eterna sonrisa, como dibujada en sus labios, con aire de ser el primero de la clase, este hombre de 41 años y con una silueta esbelta fue nombrado canciller de la Hacienda el 13 de febrero del 2020, al comienzo de la pandemia, contexto en el que rápidamente cobró popularidad al abrir generosamente la billetera del Estado.
Sunak inyectó decenas de miles de millones de libras esterlinas para redinamizar una economía enclenque.
La exitosa estrategia para preservar empleos, merced a un dispositivo de trabajo a tiempo parcial, y el alcance sin precedentes de un conjunto de medidas implementadas lo ubicaron en lo más alto de la estima popular, en tanto a Johnson lo acribillaban las críticas por su gestión de la pandemia.
En caso de que se convierta en su sucesor, sería el primer británico de origen hindú a la cabeza del gobierno del Reino Unido.
En el 2015, al ingresar a la Cámara de los comunes, el representante electo por Yorkshire (norte de Inglaterra), prestó juramento sobre el Bhagavad Gita, libro sagrado del hinduísmo, escrito en sánscrito.
Retorno a la ortodoxia
Tras la generosidad pandémica, el conservador comenzó su retorno a su tan cara ortodoxia presupuestaria, anunciando en particular un aumento de los impuestos que fue muy criticado inclusive por su propio campo y denunciado como un golpe a los monederos de los más modestos.
“Para mí, ser conservador significa ser responsable del dinero, tanto de la gente como de las finanzas públicas” y amortizar la deuda asumida durante la pandemia “es hacer lo correcto, tomar la opción responsable”, se justifica.
Aunque su imagen haya sufrido un golpe con esto, el ministro, conocido por ser abstemio y su gusto por el detalle, continúa siendo preferido entre los parlamentarios y electores conservadores con respecto al jefe de gobierno actual, zarandeado por un sinfín de revelaciones sobre fiestas muy bien regadas en Downing Street durante los sucesivos confinamientos.
A Sunak le bastaron cinco años en política para alcanzar, con 39 años, el muy codiciado cargo de ministro de Finanzas luego de la renuncia de su antecesor, Sajid Javid. Precedentemente sólo había sido secretario en jefe del Tesoro y también de Estado encargado de las colectividades locales.
Imagen cuidada
Sunak es el segundo ministro de Finanzas más joven de la historia, sólo por detrás de George Osborne, designado en el 2010 cuanto tenía 38 años.
Su estilo recuerda al del ex primer ministro laborista Tony Blair. Y está construyendo una verdadera marca “Rishi Sunak” en las redes Instagram y Twitter. Se le puede ver trabajando en su casa vestido con una sudadera con capucha o con botas y un chaleco fluorescente en una obra en construcción.
La exposición en las redes sociales a veces le pasa factura. En el verano boreal del 2020 fue criticado por una foto en la que podía verse una ‘taza inteligente’ muy cara sobre su escritorio, lo que la prensa aprovechó para señalar sus lujosos gustos.
Este partidario del Brexit está casado con la hija de uno de los cofundadores de la empresa india de servicios de TI Infosys, el rico N. R. Narayana Murthy. Es dueño de una mansión georgiana en Kirby Sigston, un pueblo de Yorkshire.
Conoció a su esposa Akshata en California, donde la pareja vivía antes de mudarse al Reino Unido. Tienen dos hijas.
Nacido el 12 de mayo de 1980 en Southampton, en la costa sur de Inglaterra, es el mayor de tres hijos de un médico generalista de la salud pública y una farmacéutica.
Originarios de India, sus abuelos emigraron al África oriental británica en los años 1960.
Sunak, que asegura haber sido víctima de racismo en un restaurante de comida rápida cuando era adolescente, estudió en el Winchester College, un elegante internado para chicos, y cursó política, filosofía y economía en las prestigiosas universidades británica de Oxford y estadounidense de Stanford.
Antes de dedicarse a la política ya había trabajado en las finanzas, como en la firma Goldman Sachs, y en su propia sociedad de inversiones.
Además, es aficionado al cricket y al fútbol, así como a la saga cinematográfica “Star Wars”, y está considerado como uno de los diputados británicos más ricos. Una fortuna que también podría pasarle factura en un país en el que los más pobres sufren al ver dispararse su costo de vida.