Fuera de la delación, el jefe del servicio de Inteligencia de Mauricio Macri también se complicó tras ser acusado de recibir dinero de un doblo preso por la Lava-Jet en Brasil. Macri lo mantuvo en el cargo.
Fuera de la delación, el jefe del servicio de Inteligencia de Mauricio Macri también se complicó tras ser acusado de recibir dinero de un doblo preso por la Lava-Jet en Brasil. Macri lo mantuvo en el cargo.

Políticos de la oposición y muchos argentinos fueron rápidos en criticar la decisión del presidente Mauricio Macri de buscar una línea de crédito con el (FMI), pero la apuesta podría resultar favorable si evita términos onerosos.

Macri dijo el martes que inició negociaciones con la directora del FMI, , para un acuerdo financiero luego de que el peso argentino tocase un nuevo mínimo de 23.5 por dólar, a pesar de medidas fiscales más restrictivas y una suba fuerte de la tasa de interés para la tercera economía de América latina.

El miércoles, el Ministerio de Hacienda de anunció que buscará un acuerdo "stand-by" (SBA, por sus siglas en inglés), un tipo de financiamiento que podría requerir más condiciones y reformas ortodoxas en las políticas que otras opciones.

Para muchos, el anuncio trajo recuerdos de la crisis financiera del 2001-2002 por la que varios culparon al FMI y sus pedidos de austeridad al Gobierno. La crisis implicó un multimillonario cese de pagos de deuda y una devaluación que arrojó a millones de argentinos de clase media a la pobreza.

Políticos de la oposición, particularmente aquellos aliados con el Gobierno izquierdista de la expresidenta Cristina Fernández, fueron rápidos en criticar el acuerdo, y pusieron carteles de "FUERA FMI" en sus escritorios en el Congreso.

"Siempre que los argentinos hemos recurrido al Fondo Monetario Internacional ha venido precedido o posteriormente (seguido) de muchas malas noticias para los argentinos", dijo Agustín Rossi, líder del partido de Fernández en la Cámara de Diputados.

Pero, como señal de que el Gobierno de Macri estaba dispuesto a avanzar con su agenda a pesar de la crisis, el Congreso aprobó el miércoles una muy esperada ley de reforma del mercado de capitales mucho más rápido que lo esperado.

También se esperaba que el Congreso aprobara un proyecto de la oposición para limitar alzas de precios en las tarifas de servicios públicos, tras una reducción en subsidios del Gobierno, que dijo que vetará la propuesta en caso de ser aprobada por ambas cámaras legislativas, lo que contribuyó al temor del mercado en las últimas semanas.

El mercado local de valores abrió en alza y agregó ganancias una vez que fue aprobada la reforma del mercado de capitales. Luego de perder 12% en las cinco sesiones previas, el índice Merval ofreció precios bajos a inversores buscando oportunidades.

"Si al recurrir al FMI el Gobierno logra estabilizar la situación, entonces el costo político de tener este huésped inesperado puede durar poco", dijo Ignacio Labaqui, que analiza Argentina para la consultora Medley Global Advisors.

El peso se depreció un 0.53% el miércoles, después de varios días de agitación que impulsaron al Banco Central a subir la tasa al 40% el viernes y al Gobierno a recortar su meta de déficit fiscal al 2.7% del PBI.

Apuesta por la reelección
Si la línea de crédito del FMI continúa calmando a los mercados y no cambia dramáticamente su agenda, la apuesta de Macri de buscar asistencia podría traer buenos resultados. El mandatario habría restablecido lazos con el FMI a tiempo para que el golpe político se disipe antes de su esperada campaña de reelección en el 2019.

Pero si falla en restaurar la confianza o requiere fuertes medidas de austeridad, el pedido de Macri al FMI podría poner en riesgo sus posibilidades de ser reelecto.

"Liderazgo presidencial es el factor clave. Mauricio Macri tiene que persuadir a los mercados, a la opinión pública y a líderes de la oposición. No a uno o a dos: a los tres", dijo Julio Burdman, director de la consultora Observatorio Electoral.

Según un sondeo realizado por la firma D'Alessio IROL/Berensztein el fin de semana pasado, el 75% de los encuestados dijeron que no apoyarían un pedido de asistencia del Gobierno al FMI. Ello incluye al 58% de aquellos que votaron por la coalición de Macri en las elecciones del 2015.

El miércoles por la noche, miles de sindicalistas y simpatizantes de Fernández y de otros partidos de la oposición protestaron en rechazo a las reformas pro-mercado de Macri y el retorno del FMI a la escena política de Argentina.

El economista del UBS Tony Volpon dijo que el fondo debería haber aprendido de sus errores pasados en Argentina. "Tal vez vayan a ofrecerle una línea de apoyo muy blanda. Eso podría lograr que los inversores vuelvan a comprometerse, tal vez no".