Agnes Cheba Ade, de 26 años y estudiante de economía, em la biblioteca de la Universidad de Coventry, Inglaterra, el 23 de septiembre de 2020. AFP/Archivos / Oli Scarff
Agnes Cheba Ade, de 26 años y estudiante de economía, em la biblioteca de la Universidad de Coventry, Inglaterra, el 23 de septiembre de 2020. AFP/Archivos / Oli Scarff

Lejos de su Guinea Ecuatorial natal, Agnes estudia en la biblioteca de la universidad inglesa de Coventry, decidida a continuar sus costosos estudios pese a las restricciones ligadas a la pandemia de COVID-19 y a la enseñanza parcial por internet.

Al contrario que esta ex Miss Guinea Ecuatorial, muchos estudiantes extranjeros han postergado sus inicios de curso en setiembreen Coventry, ciudad del centro de Inglaterra con un rico pasado industrial, debido a las limitaciones y las dificultades para viajar en plena pandemia.

Como tantos otros centros, la universidad estima que limita los temidos daños causados por el coronavirus. Pues el mundo universitario británico, con prestigiosas instituciones que atraen a alumnos del mundo entero, temía tambalearse con la huida de estos estudiantes cuyas tasas de matrícula son más altas, que representan una fuente esencial de ingresos.

Esto no ha sido fácil para mí. Pasé la pandemia lejos de mi familia, mi aislamiento fue aún más de difícil” durante el confinamiento, explica Agnes Genoveva Cheba Ade, de 26 años, que estudia ciencias económicas desde el 2017.

A veces luché contra la ansiedad y la depresión y me sentía un poco sobrepasada”, cuenta. Pero “vengo de una familia modesta y por tanto el hecho de estar aquí en la universidad hoy es realmente algo que debo valorar cada día”.

Socializar por internet

En el campus, donde las clases se reanudaron a mediados de setiembrede manera parcial por internet y en persona, los llamados a la indispensable distancia física están por todas partes.

Para acceder a la biblioteca, siguiendo un estricto recorrido de un único sentido, lleno de dispensadores de gel desinfectante, ahora hay que reservar sitio y luego desinfectar su puesto de trabajo con toallitas puestas a disposición. El uso de mascarilla está “recomendado” pero no es obligatorio.

La vida social ahora está muy limitada. Las actividades de bienvenida para los nuevos estudiantes extranjeros se realizan en parte de manera telemática, un “desafío” para socializar en un universo totalmente nuevo, explica George Okata, encargado de los estudiantes internacionales en la asociación estudiante de Coventry.

Hasta ahora, la universidad no ha tenido focos de nuevo coronavirus, pese al resurgimiento de la epidemia que ha causado unos 42,000 muertos en el Reino Unido, el peor balance en Europa. En otros establecimientos, la vuelta a las clases se vio acompañada de contagios que obligó a cientos de estudiantes a aislarse.

Vuelos chárter

Las restricciones desanimaron a muchos estudiantes internacionales. En Coventry, la llegada de nuevos alumnos se redujo a la mitad en setiembre, según Ian Dunn, decano de la universidad que acoge unos 35,000 jóvenes, un tercio de ellos extranjeros.

Pero “las candidaturas eran muy elevadas, y la gente aplaza el momento de comenzar”, con regresos organizados igualmente en enero y en mayo, precisa. “El mes de enero parece positivo” y “tenemos reservas sólidas que nos permiten afrontar tormentas como esta”.

Lejos de las sombrías predicciones que en primavera auguraban un posible hundimiento de las inscripciones de los estudiantes extranjeros este año, el UCAS, organismo que concede las plazas, constató un aumento de 9% de las admisiones para los estudiantes internacionales en primer ciclo (pero una caída del 2% para los europeos).

La presión financiera persiste pese a todo en las universidades, que invierten masivamente para desarrollar una enseñanza online de calidad y deben prepararse para el impacto del posbrexit.

Esto no significa necesariamente que todas estas personas efectivamente vayan a venir”, señala Nick Hillman, del Higher Education Policy Institute (HEPI), un centro de reflexión sobre la enseñanza superior. Además, “muchos estudiantes internacionales son estudiantes de tercer ciclo”, precisa, y hay un gran temor a ver un aumento de los abandonos, si la experiencia universitaria no responde a las expectativas.

Aún no está totalmente claro cuántos estudiantes internacionales que han recibido una oferta vendrán este otoño, y tenemos poco tiempo para convencer a los candidatos indecisos que pueden venir a estudiar al Reino Unido con toda confianza”, abunda un portavoz de Universities UK (UUK), la organización que representa a las universidades británicas.

Algunos establecimientos, como la Queen’s University de Belfast, decidieron hacerlo a la fuerza, fletando un vuelo para traer a cientos de estudiantes chinos, según el diario The Times.