El gobierno británico agregó este martes el mayor banco de Rusia, Sberbank, y el fondo soberano del país a la lista de entidades rusas sancionadas en el Reino Unido, advirtiendo que el coste económico de la invasión de Ucrania no hará más que agravarse para el Kremlin.
El fondo ruso de inversión directa, RDIF, creado en el 2011 por Moscú para promover la inversión extranjera en Rusia, es conocido entre otras cosas por haber financiado el desarrollo de la vacuna rusa contra el COVID-19 Sputnik V.
Está dirigido por Kirill Dmitriev, un estrecho colaborador del presidente ruso que el martes también fue agregado a la lista de personas concernidas por las sanciones británicas.
Estados Unidos ya había anunciado el lunes sanciones contra este fondo, calificado como “símbolo de la profunda corrupción en Rusia y su tráfico de influencias”.
El Sberbank, una parte de cuyo capital cotiza en un índice de la bolsa de Londres dedicado a las acciones extranjeras en dólares, se desplomó el martes en el mercado británico, perdiendo más del 80% de su valor tras haber caído un 74% el día anterior.
El Banco Central Europeo (BCE) afirmó el lunes que la filial europea de Sberbank está “en quiebra o probablemente en quiebra” debido a las “significativas” retiradas de depósitos.
Esta decisión del ejecutivo de Boris Johnson tiene lugar después de que afirmase el lunes que congelaría los activos de todos los bancos rusos “en los próximos días” y ordenase el cierre de los puertos británicos a los barcos de ese país.
La semana pasada Londres ya había puesto a varias instituciones financieras en esta lista a la que el lunes sumó al banco central y al ministerio de Finanzas rusos.
Sberbank “estudiará las restricciones impuestas por el Reino Unido a medida que se hagan públicos los documentos”, afirmó el gigante público ruso en un comunicado publicado por las agencias de noticias rusas. “Estas medidas no tendrán una influencia significativa en los clientes rusos, particulares y corporativos”, añadió.
El viceprimer ministro Dominic Raab afirmó que las sanciones de Occidente, incluida la congelación de los activos del banco central de Rusia, harán que los oligarcas intensifiquen la presión sobre el presidente Vladimir Putin.
“Eso hará que la maquinaria bélica de Putin se quede sin fondos y también presionará a muchos de los oligarcas que necesitan acceso al sistema internacional y que presionarán a Putin”, dijo a la televisión BBC.
Las sanciones no tienen como objetivo el pueblo ruso, precisó Raab, después de que muchos bancos vieran largas colas de personas tratando de retirar sus ahorros y convertirlos en moneda extranjera.
“Pero es inevitable que la desventura de Rusia y de Putin, su catastrófica decisión, sea desastrosa para el pueblo ruso”, agregó. Esto “les mostrará el coste económico que supone para ellos verse envueltos en esta guerra injustificada e injustificable”.