El presidente ruso, Vladímir Putin, regresó hoy a la palestra internacional en la cumbre del G20 llamando a detener “las tragedias” de Ucrania, brutal guerra iniciada por Rusia en 2022, y de la Franja de Gaza, territorio bombardeado desde hace semanas por Israel.
“Entiendo que la guerra, la muerte de personas, no puede no conmover ¿Y el golpe sangriento en Ucrania en 2014 que desembocó en la guerra del régimen de Kiev contra su propio pueblo en el Donbás? ¿Eso no conmueve?”, afirmó durante su intervención, transmitida por la televisión pública.
Putin, que no acude a las reuniones del G20 desde hace tres años y ni siquiera participó telemáticamente en la cumbre de septiembre, respondió así a los colegas que se mostraron hoy “conmocionados” con las consecuencias de la “agresión” rusa contra Ucrania.
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Ucrania no quiere parar la guerra, según Putin
Durante su intervención, admitió que, “sin lugar a dudas, hay que pensar en cómo detener esta tragedia”, en alusión a la guerra en Ucrania.
“Por supuesto, las acciones militares son siempre una tragedia para personas y familias concretas, y para el país en general”, dijo, al tiempo que añadió que Rusia “nunca” se ha negado a entablar negociaciones de paz con Kiev.
Putin recordó que fue el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien prohibió por decreto dialogar con Rusia para poner fin a la contienda que se ha cobrado ya la vida de decenas de miles de combatientes por ambos bandos.
El jefe del Kremlin se muestra dispuesto a sentarse a negociar con Zelenski, pero siempre que acepte la realidad sobre el terreno, es decir, la anexión de otras cuatro regiones ucranianas, una línea roja infranqueable para Kiev.
Y Gaza, ¿no conmueve?
Con todo, con su alusión a la necesidad de frenar el derramamiento de sangre en Ucrania, Putin simplemente quería poner de manifiesto el doble rasero de Estados Unidos y sus aliados.
Añadió: “Y el exterminio de la población civil en Palestina, en la Franja de Gaza, ¿no impresiona? Y el hecho de que médicos tengan que operar a niños (...), utilizar escalpelos en cuerpos de niños sin anestesia, ¿no impacta?”.
“Y que el secretario general de la ONU diga que Gaza se ha convertido en un gran cementerio infantil, ¿no conmueve?”, resaltó.
Putin se ha mostrado muy activo desde el comienzo de la guerra entre el grupo islamista Hamás y el ejército de Israel, país que se ha mantenido al margen de la contienda de Ucrania, a la que apenas ha suministrado armas, pese a la insistencia de Zelenski, judío de nacimiento.
Aunque no se reunió con sus miembros, Putin aprobó la visita a Moscú de una delegación de Hamás y está a la espera de la llegada el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás.
Voz y voto para el mundo en desarrollo
Putin volvió a recordar a Occidente que el mundo vive “transformaciones radicales” y que gran parte de las inversiones van a parar a África, Asia y América Latina, regiones que acogen la mayor parte de la población del mundo, por lo que demandó “decisiones colectivas y de consenso”.
Acusó a “algunos países” de desestabilizar la economía mundial y provocar una explosión inflacionaria y un dramático incremento de los precios de los alimentos y la energía con políticas económicas irresponsables y una competencia desleal.
“No fueron nuestras acciones y nuestros intentos de hacer justicia en Ucrania. No. Fueron justo las acciones de las mayores economías mundiales (...) Y los que más sufrieron fueron, por supuesto, los países más pobres”, afirmó.
Para revertir la actual deriva, abogó por reforzar el papel de los países en desarrollo en las instituciones financieras internacionales y reformar la Organización Mundial de Comercio.
Retorno a la palestra internacional
Putin volvió a compartir escenario con otros líderes occidentales justo cuando es un secreto a voces que en diciembre anunciará su decisión de presentarse a la reelección en las presidenciales de marzo de 2024.
Ante la falta de éxitos en el campo de batalla, la campaña electoral se centrará en el actual antagonismo con EE.UU. y la OTAN, que tantos réditos le dio en el pasado.
Con la excusa del coronavirus y la guerra, Putin no acudió a las últimas tres cumbres del G20 en Italia, Indonesia y en septiembre pasado en la India. En la última fue representado por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Este año, en gran medida debido a la orden de arresto emitida en marzo contra Putin por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra en Ucrania, el líder ruso no viajó al extranjero hasta que visitó el mes pasado Kirguistán y China.
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