Quien gane el balotaje del domingo en Chile entre el ultraderechista José Antonio Kast o el izquierdista Gabriel Boric, enfrontará un complejo escenario económico: después de la vigorosa recuperación del 2021, se prevé una desaceleración del crecimiento y una alta deuda pública el próximo año.
Kast y Boric representan proyectos antagónicos. Mientras el joven diputado de izquierda, de 35 años, es liberal en lo social y defiende “un Estado del bienestar” estilo europeo en lo económico, su adversario Kast, un abogado de 55 años, defiende el modelo económico neoliberal y tiene una visión ultraconservadora en materia social, expresada en su oposición al aborto y al matrimonio igualitario.
Kast propone una rebaja de impuestos a las grandes empresas y mantener el sistema privado de pensiones. Boric plantea una reforma tributaria que incluye mayores cargas a los super ricos y a las rentas altas para recaudar 5% del PBI adicional, que se destinaría a ampliar la participación del Estado en la provisión de seguridad social.
El diputado izquierdista está a favor de un nuevo sistema de pensiones que reemplace al heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un tema central en la sociedad chilena y que ha sido uno de los reclamos principales de las manifestaciones sociales en los últimos años por las bajísimas jubilaciones que entregan.
“El modelo de Kast es más amigable con el mercado”, mientras que Boric tiene “una gran desconfianza hacia el sector privado”, dice a la AFP el economista de la Escuela de Negocios de la Universidad Mayor, Francisco Castañeda.
De cara a la segunda vuelta, ambos candidatos han moderado su discurso, sobre todo en lo económico, integrando a nuevos asesores a sus equipos, en busca de capturar a los votantes de centro.
De hecho, economistas muy reconocidos que acompañaron los años de gobiernos de la Concertación de partidos de centroizquierda tras la dictadura, marcados por una gran prosperidad, sumaron su apoyo a Boric en esta segunda vuelta, entre ellos Ricardo French-Davis.
Inicialmente Boric planteaba una reforma fiscal que recaudaría el 8% del PBI y ahora ambiciona un 5%, mientras que Kast introdujo gradualidad a su rebaja impositiva (de 27% a 17% del impuesto a las grandes empresas).
Escenario complejo
Después de anotar una caída del 5.8% en el 2020 como consecuencia de las restricciones sanitarias por la pandemia, Chile cerrará el 2021 con una expansión del PBI en torno al 11.5%.
Buena parte de esa recuperación se debe al fuerte incremento del consumo privado tras los bonos estatales entregados por la pandemia y los tres retiros anticipados de los fondos privados de pensiones (de hasta un 10% cada vez) aprobados por el Congreso ante la fuerte presión popular.
Además, desde mediados de año se retomaron gran parte de las actividades económicas luego de que una exitosa campaña de vacunación antiCOVID impulsada por el gobierno del conservador Sebastián Piñera, que logró alcanzar hasta hoy a más de 90% de la población objetivo.
Como primer productor mundial de cobre, Chile se ha beneficiado también del alza internacional del metal, de la mano de la demanda china.
“La economía hoy está desbalanceada en términos económicos (...), recalentada a partir de un shock de consumo”, explica a la AFP el economista Juan Ortiz, del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales.
Sólo los retiros de los fondos de pensiones significaron una inyección de US$ 50,000 millones, mientras que el gobierno destinó hasta diciembre US$ 3,000 millones mensuales para pagar el bono Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
Para el 2022, se espera que el Banco Central nuevamente aumente las tasas de interés para contener la inflación, que cerrará este año en torno al 6%, el doble de su rango meta. Además se detendrá la entrega de los IFE.
Cualquiera sea “el candidato que llegue a la Presidencia el próximo año, tendrá que hacerse cargo de un escenario macroeconómico complejo, en el que tendrá que calibrar el retiro del estímulo fiscal”, agregó Ortiz.
Conscientes de este escenario, Boric y Kast se comprometieron a garantizar la consolidación de las cuentas fiscales, para contener la deuda pública, que a junio del 2021 llegaba al 33.1% del PBI.
“Existe clara conciencia de que sin disciplina fiscal, a la economía chilena se le vendrían tiempos más difíciles que los proyectados para el 2022″, dice de su lado Castañeda.
El mercado apuesta a que el consumo y el cobre impulsarán un crecimiento de la economía chilena entre 2 y 3% el próximo año.
Un triunfo de Kast sería más valorado por el mercado, pero hay temor de que sus políticas generen protestas. Si gana Boric -quien lidera los sondeos, prohibidos desde el 4 de diciembre- la incertidumbre económica podría extenderse especialmente por su proyecto de reforma tributaria, aunque habría un relativo alivio en las calles.