El Programa Mundial de Alimentos (PMA) se mostró optimista sobre el acuerdo alcanzado con la ONU para reabrir los puertos ucranianos a las exportaciones de grano, pero advirtió que el acuerdo por sí solo no resolverá la crisis alimentaria mundial, aunque se aplique de forma efectiva.
Rusia, Ucrania, Naciones Unidas y Turquía firmaron el viernes un acuerdo destinado a permitir el paso seguro de los barcos que entran y salen de tres puertos ucranianos del mar Negro que han sido bloqueados por Rusia desde la invasión de Moscú el 24 de febrero.
Ucrania y Rusia son grandes exportadores de cereales y el bloqueo portuario ha atrapado decenas de millones de toneladas de grano en el país. Junto con las sanciones occidentales a Rusia, ha disparado los precios de la energía y los alimentos, provocando protestas en los países en desarrollo que dependen de los cereales del mar Negro.
El propio PMA ha tenido que recortar la ayuda este año en puntos clave como Yemen y Sudán del Sur debido a la inflación mundial y a los déficits de financiación, exacerbados por el conflicto de Ucrania.
“Somos optimistas en cuanto a que el acuerdo podría suponer una mejora de los precios mundiales de los alimentos. Los países que dependen de los suministros de grano del mar Negro serían probablemente los primeros en sentir un impacto positivo”, dijo un portavoz del PMA a Reuters.
Añadió, sin embargo, que la actual crisis alimentaria mundial no es una crisis de precios por sí sola, y que los conflictos provocados por el hombre, las perturbaciones climáticas y la pandemia del COVID-19 seguirán manteniendo elevados los precios de los alimentos incluso si el acuerdo del viernes se mantiene, lo que no es en absoluto una certeza.