Cortes de electricidad en China, caos en estaciones de combustible británicas, fábricas paradas... Los problemas de suministro y en las cadenas logísticas amenazan con lastrar la recuperación económica mundial, en pleno repunte tras la recesión por la pandemia.
Durante la última semana, se multiplicaron los ejemplos de estos problemas de suministro, que afectan a varios países del mundo.
La escasez de carbón en China para alimentar sus centrales eléctricas, la falta de camioneros en Reino Unido, el aumento de los precios de gas y electricidad en Europa ya que la oferta no resulta suficiente para satisfacer la demanda... La lista es larga.
“El riesgo es que, pese a la reactivación de las economías, el crecimiento se vea frenado, puesto que no se pueda producir lo que la gente pida”, explica Niclas Poitiers, investigador en el instituto Bruegel de Bruselas.
Las turbulencias económicas actuales ya se palpan en las estadísticas.
China experimentó una disminución de su actividad manufacturera por primera vez desde principios de año.
Este mismo índice también registró en Francia y en la región industrial de Chicago (Estados Unidos) sus niveles más bajos del 2021.
La producción industrial en Japón se contrajo en agosto, por segundo mes consecutivo.
Toyota, Stellantis...
Las dificultades de suministro en primeras materias o en componentes afectan la producción de las empresas.
La industria automóvil es una de las más afectadas por la escasez de algunos chips.
Toyota revisó a la baja sus previsiones de producción el mes pasado, mientras que el grupo Stellantis (Peugeot, Fiat, etc.), cerrará a principios del año que viene una fábrica en Alemania de la marca Opel, debido a una situación “excepcional”.
Este sector verá reducida su cifra de negocio en US$ 210,000 millones, el doble de lo estimado a principios de años, según unas previsiones recientes del gabinete Alixpartners.
El sector textil tampoco se libra y el gigante sueco H&M reconoció el jueves en sus resultados “perturbaciones y retrasos en el transporte de productos” en septiembre.
Ikea también afrontó como obstáculos la falta de mano de obra en el sector de los transportes y el precio de la materia prima.
El coste del flete se multiplicó por cinco en el último año para un viaje de China hasta la costa oeste de Estados Unidos, según el índice Freightos Baltic.
Según Jacob Kirkegaard, investigador en el Peterson Institute (PIIE) de Washington, se debe analizar esta situación “como un peligro de que se vea frenada la recuperación económica. No creo que el impacto sea suficientemente fuerte para provocar otra recesión”.
“La mayoría de estos problemas deberían resolverse a medio plazo”, explica Poitiers, quien advierte que esta situación aún podría durar varios trimestres.
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ya advirtió que estos problemas “podrían ser más importantes y duraderos de lo previsto inicialmente”.
Aunque “en Reino Unido o en Europa, parece que la pandemia se haya acabado”, Frances Coppola, autor del blog financiero Coppola Comment, recuerda que “el comercio internacional no puede volver a la normalidad mientras que en algunos países mucha gente sigue muriendo por el COVID-19″.