Para muchos argentinos, el presidente Javier Milei es simplemente “el loco”. La primera semana de la Administración de Milei no decepcionó. Mientras él y sus asesores implementaban —rápidamente— una serie de reformas para estabilizar la economía, el caos sobre la marcha que se convirtió en su sello durante la campaña electoral se hizo patente.
Se convocaron conferencias de prensa y sesiones informativas improvisadas a todas horas del día y se realizaron reformas políticas a mitad de la noche. En medio de todo, Milei se dio el tiempo de disfrutar de la interpretación de un tango titulado Balada para un loco (no cantó, pero de todos modos recibió una gran ovación).
Todo ha ido bien hasta ahora, tanto con inversionistas extranjeros y locales como con los argentinos comunes y corrientes. Es la llamada etapa de luna de miel, antes de que comiencen los problemas económicos por la terapia de shock de Milei. Independiente de su duración, hay algo que está claro: Milei, con su desordenada melena y cuatro perros mastines con nombres de economistas famosos, gobernará Argentina de una manera que pocos antes lo han hecho.
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“Es la primera vez en mucho tiempo que aparece una tenue luz al final del túnel”, escribió Hernán Ladeuix, director de estrategia de Latin Securities, con sede en Buenos Aires, en una nota a los clientes. “Por ahora, los mercados tienen motivos para celebrar, sin importar cuán complejo sea el proceso”.
Y ha habido mucha celebración. Los bonos argentinos repuntaron a máximos de dos años, el FMI celebró, los altos mandos del Tesoro de Estados Unidos entraron en acción, Goldman Sachs se volvió alcista y el riesgo soberano se desplomó. Además, el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, hizo el agotador viaje para felicitar a Milei en su toma de posesión antes de dirigirse a Washington.
Es más, las calles de Buenos Aires se han mantenido en calma —por ahora— y el tipo de cambio del mercado negro, que actúa como termómetro del pánico en un país propenso a las crisis, se mantuvo estable a pesar de una devaluación del 54% del tipo de cambio oficial. Milei incluso hizo reír a su rival política Cristina Kirchner durante la ceremonia de juramento cuando ella vio su bastón presidencial grabado con imágenes de sus amados perros.
Las buenas vibras del mercado y la calma social contrastan con la terrible advertencia de Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, de que se avecina un problema económico brutal que derivará de sus medidas para reducir los subsidios, devaluar el peso y disminuir la ayuda social del Gobierno. Los economistas de JPMorgan Chase & Co. pronostican que la inflación anual se catapultará del 160% de este mes a un 210%, seguida de una fuerte recesión en 2024. Eso prácticamente garantiza más pobreza en un país donde casi la mitad de la población ya es indigente.
Pero las cosas han ido tan mal durante tanto tiempo, que los argentinos están dispuestos a tolerar este experimento.
La Administración de Milei comenzó con fuerza a pesar de una comunicación bastante caótica en los primeros días. El período de Caputo como titular del banco central durante el Gobierno del expresidente Mauricio Macri terminó de forma desastrosa en 2018 después de que el Fondo Monetario Internacional le pidiera ser más transparente como presidente de la autoridad monetaria. Dos semanas después, renunció. Algunos analistas atribuyeron la derrota electoral de Macri en 2019 a problemas de comunicación.
Esta semana, el esperado anuncio de Caputo que estableció las bases del plan económico de Milei se grabó, luego se volvió a grabar y después se retrasó varias veces hasta que el Gobierno lo publicó en YouTube. Caputo había planeado hablar en la sala de conferencias de prensa del Ministerio de Economía —una tradición—, pero luego optó por leer un documento sentado en su escritorio, y brindó pocos detalles en su discurso inicial.
El banco central publicó el miércoles su reforma de la política monetaria poco después de las 12:30 a.m., hora local, a pesar de que el ministerio de Caputo había dicho que esos anuncios se conocerían más tarde, después de una reunión del directorio. Después de salir el sol, el portavoz de Milei celebró una conferencia de prensa a las 8 a.m., donde no anunció nada y eludió preguntas para después correr a una reunión de gabinete. El propio Milei, un parlanchín durante toda la campaña, ha permanecido mayoritariamente en silencio desde su pesimista discurso de toma de posesión, y solo se ha limitado a subir contenido a sus historias de Instagram y a X.
Dejando a un lado las horas extrañas, el equipo económico de Milei obtuvo el beneficio de la duda cuando prometieron austeridad a futuro. La primera prueba a la paciencia de los argentinos llega el 20 de diciembre, fecha para la que varios grupos sociales organizaron una marcha en Buenos Aires para protestar por los recortes de gasto de Milei. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya ordenó a las fuerzas federales que estén en alerta.
Brigitte Le Bris, directora gerente para mercados emergentes de Ostrum Asset Management en París, dijo que habrá una mejor percepción de la tolerancia de los argentinos a las adversidades dentro de dos a tres meses, cuando una mayor parte de los impactos haya comenzado a repercutir en la sociedad.
“Hasta ahora, todo bien”, dijo en una entrevista. “Pero ya veremos más adelante”.
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