Los objetivos climáticos nacionales establecidos hasta mediados de noviembre —si se cumplen rápidamente— dejan abierta la posibilidad de que el calentamiento global pueda detenerse antes de que alcance los 2 °C, según un nuevo análisis que combina los compromisos con la investigación científica más reciente.
El límite superior que identificó el Acuerdo de París para evitar los impactos más catastróficos del cambio climático es de 2 °C por encima del promedio preindustrial.
“Nuestros resultados brindan una razón para ser optimistas: el calentamiento podría limitarse a 2 °C, o justo bajo ese nivel, si los compromisos sobre la mesa se implementan en su totalidad y a tiempo”, escriben los autores en la revista Nature.
La estabilidad climática global depende de ese “si”.
Hacer promesas no reduce emisiones y, sin nuevas políticas para promulgarlas, el mundo podría estar en camino de un calentamiento de 2,6 °C para fines del siglo, en comparación con el promedio preindustrial. Eso es una zona de peligro climático de la que gente de todo el mundo ya está viendo atisbos con solo 1.2 °C de aumento hasta el momento.
El incremento de la temperatura promedio mundial podría superar el ambicioso objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1.5 °C para principios de la década del 2030, una marca que el grupo acreditado de ciencia climática de la ONU declaró casi muerta la semana pasada. Los investigadores concluyen que solo hay entre un 6% y un 10% de posibilidades de alcanzar ese objetivo sin tomar medidas que aún no se han materializado.
El nuevo análisis monitorea el impacto de 154 compromisos nacionales nuevos o actualizados realizados hasta mediados de noviembre, cuando finalizaron las conversaciones climáticas de la ONU en Glasgow.
Los hallazgos giran sobre reducciones inmediatas y sustanciales de la contaminación para implementar las ambiciones de los países. Setenta y seis objetivos nacionales a largo plazo cubren el 75% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
De especial importancia son cambios de política inmediatos que conduzcan a una reducción de las emisiones antes del 2030. La ejecución de las iniciativas presentadas en Glasgow incluye el Compromiso Mundial sobre el Metano, un acuerdo de más de 100 países que podría reducir el calentamiento en 0.2 °C adicionales.
“Esta es una gran noticia porque es la primera vez que los gobiernos presentan objetivos específicos que pueden mantener el calentamiento global por debajo del nivel simbólico de 2 °C”, dijo Christophe McGlade, encargado de la unidad de suministro de energía de la Agencia Internacional de Energía y coautor del estudio. “Hemos recorrido un largo camino desde que se firmó el Acuerdo de París en el 2015, pero ahora debe comenzar el verdadero trabajo”.
La guerra de Rusia en Ucrania no tiene por qué poner en peligro los objetivos climáticos a largo plazo, señaló.
Además de un nuevo panorama de políticas nacionales para respaldar los compromisos, el mundo también necesitaría algo de suerte. Las nuevas estimaciones sugieren que, si todo va bien, las políticas bien ejecutadas podrían detener el calentamiento en 1.9 °C.
Pero —y, de nuevo, incluso si todo sale bien— factores impredecibles en la relación entre los gases de efecto invernadero y los aumentos de temperatura implican que los autores no pueden descartar un calentamiento de hasta 2.8 °C.
El estudio va acompañado de comentarios escritos por los investigadores climáticos Zeke Hausfather, de Stripe Inc. y Berkeley Earth, y Frances Moore, de la Universidad de California en Davis. Ellos señalan cuánto mejores son, en términos relativos, las circunstancias actuales frente al “particularmente sombrío futuro climático” que se enfrentó hace una década, cuando los científicos no podían descartar 4 °C o 5 °C de calentamiento. “Hoy, el mundo es un lugar diferente”, escribieron.
Es un lugar diferente, pero no necesariamente más estable. “Como muestran los acontecimientos actuales”, escriben, “sería un error descartar un futuro caracterizado por un nacionalismo renaciente que ponga a prueba la cooperación global” y lleve a las naciones a saquear sus reservas de combustibles fósiles.