El candidato presidencial argentino Javier Milei congelaría las relaciones con China y sacaría a la segunda economía más grande de Sudamérica del bloque comercial Mercosur con Brasil. Estas propuestas de política exterior son tan radicales como su economía.
En una entrevista posterior a su inesperada victoria en las primarias del 13 de agosto, el candidato outsider le ha presentado a los políticos internacionales la mejor perspectiva que hay hasta ahora sobre cómo manejaría los asuntos de Argentina en el escenario mundial.
“La gente no es libre, no puede hacer lo que quiere. Y cuando hacen lo que quieren, los matan”, dijo a Bloomberg News el miércoles, en referencia al Gobierno de Pekín.
Milei sacudió el sistema político de Argentina el fin de semana pasado después de recibir más votos que un bloque de oposición favorable a los negocios y la coalición peronista gobernante, lo que lo ubica en primera posición para convertirse en el próximo presidente del país. Si lo eligieran en octubre, generaría una ola de choques en una región gobernada en gran parte por líderes de izquierda.
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En su negativa a hacer cualquier tipo de negocio con “socialistas”, clasificó a la China comunista en la misma categoría que al mayor socio comercial de Argentina, Brasil, dirigido por el presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva. China es el segundo mayor comprador de exportaciones argentinas y maneja una crucial línea swap de US$ 18,000 millones con el banco central que se está utilizando para pagarle al Fondo Monetario Internacional.
Describió sus propuestas de política exterior como una “lucha global contra socialistas y estatistas”, y reveló que nombraría a Diana Mondino, asesora económica de confianza, como su principal diplomática.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil no comentó de inmediato sobre las observaciones de Milei y no hubo respuesta a las llamadas realizadas a la embajada de China en Buenos Aires.
No se involucra
Luego aclaró que le corresponde al sector privado decidir si mantiene relaciones comerciales con China y otros países cuyos líderes desestima.
Indicó que no tiene que involucrarse, pero que no promoverá lazos con quienes no respetan la libertad. Además, agregó que respetaría los acuerdos ya firmados en Argentina por empresas chinas, que incluyen un contrato para construir dos represas en la Patagonia y un acuerdo para instalar una planta nuclear.
El mayor beneficiario geopolítico de la ideología de Milei sería claramente Estados Unidos. Insistió en que trabajaría con cualquier presidente elegido en 2024, independientemente de sus tendencias políticas, aunque tiene preferencia por un conservador.
Ahora mismo, Donald Trump lidera en las encuestas para la nominación republicana, pero Milei no está especialmente interesado en ser comparado con el expresidente de Estados Unidos. Cuando se le preguntó si le gustaría que Trump regresara a la Casa Blanca, dijo con cautela: “Eso lo tienen que decidir los americanos”.
“Me puede gustar más o menos el perfil de los republicanos versus el de los demócratas, pero eso no quiere decir que no considero que Estados Unidos es gran socio estratégico”, dijo.
Milei desprestigió la alianza comercial que Argentina fundó con Brasil, Paraguay y Uruguay hace más de tres décadas. El grupo, acosado por divisiones internas, ha tenido problemas para implementar un pacto de libre comercio con la Unión Europea acordado hace cuatro años.
“El Mercosur es una unión aduanera de mala calidad que produce desvío de comercio y que perjudica a cada uno de los miembros”, comentó.
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