Los demócratas no pueden utilizar su paquete de US$ 3.5 billones que impulsa programas sociales y del clima para darle a millones de inmigrantes una oportunidad de naturalizarse estadounidenses, anunció Elizabeth MacDonough, la parlamentaria del Senado, en lo que representa un duro golpe a lo que era el camino más claro del partido en años para lograr ese objetivo tan buscado.
La decisión de MacDonough, la encargada apartidista de interpretar las normas del Senado, es un revés dañino y desalentador para el presidente Joe Biden, así como para los legisladores demócratas y sus aliados en las comunidades progresistas y las partidarias de la inmigración.
Afecta severamente las esperanzas de los demócratas de implementar cambios unilateralmente —por encima de la oposición republicana— que permitan a varias categorías de inmigrantes obtener la residencia permanente y posiblemente naturalizarse.
Una persona informada sobre la decisión de MacDonough describió el fallo a condición de guardar el anonimato.
La parlamentaria decidió que el lenguaje de inmigración no podía ser incluido en un enorme proyecto de ley que ha sido protegido de intentos del Partido Republicano por obstaculizarlo. Si se dejan vulnerable a esas demoras, que requieren 60 votos en el Senado para disiparse, las disposiciones de inmigración no tienen prácticamente ninguna posibilidad de ser aprobadas en la cámara alta, integrada por 48 demócratas, 2 independientes y 50 republicanos.
MacDonough rechazó el lenguaje demócrata que habría allanado el camino hacia la naturalización para jóvenes migrantes que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños, conocidos como “Dreamers”; para los inmigrantes que cuentan con el Estatus de Protección Temporal tras huir de países sacudidos por desastres naturales o violencia extrema, así como para los trabajadores esenciales y los de la agricultura.
Los cálculos varían debido a que muchas personas pueden estar en más de una categoría, pero el Centro para el Progreso Estadounidense, un organismo activista de corte liberal, ha calculado que unos seis millones de personas se verían beneficiadas por las gestiones demócratas. Biden había propuesto un impulso más amplio que habría afectado a 11 millones de inmigrantes.
Los demócratas y sus aliados a favor de la inmigración han dicho que ofrecerán enfoques alternativos a MacDonough que crearán la posibilidad de que al menos algunos migrantes puedan obtener la residencia permanente.
“Estamos profundamente decepcionados por esta decisión, pero la lucha para proporcionar un estatus legal a los inmigrantes en la conciliación presupuestaria continúa”, señaló Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado, en un comunicado. “Los senadores demócratas han preparado propuestas alternas y sostendrán más reuniones con la parlamentaria del Senado en los próximos días”.
Uno de esos enfoques sería actualizar una fecha de “registro” que permite que algunos migrantes que estén en Estados Unidos en ese momento se conviertan en residentes permanentes si cumplen con ciertos requisitos, pero no está claro si intentarán lograr esa opción o cómo fallaría la parlamentaria.
Las disposiciones que MacDonough ha dicho que deberían eliminarse crearían procesos distintos y de varios años para que los inmigrantes consigan la residencia legal permanente, que a su vez les permitiría a muchos de ellos intentar obtener la naturalización.
La decisión de la parlamentaria seguramente irritará a los demócratas progresistas, para quienes la inclusión de las disposiciones de inmigración en el proyecto de ley de US$ 3.5 billones ha sido una de las principales prioridades.