Irán se encuentra en una “situación crítica” por el aumento de la represión de las fuerzas de seguridad a las protestas iniciadas en septiembre tras la muerte de la joven Mahsa Amini, una represión que ha causado ya más de 300 muertos, advirtió hoy la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
Entre los fallecidos hay más de 40 menores de edad, subrayó en rueda de prensa el portavoz de la oficina Jeremy Laurence, quien recordó que el pasado fin de semana fallecieron dos jóvenes de 16 años en la represión de las protestas.
La oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk “urge a las autoridades a atender las demandas de igualdad, dignidad y derechos, en lugar de hacer un uso innecesario o desproporcionado de la fuerza para suprimir las protestas”, subrayó Laurence.
El portavoz alertó que en la semana pasada hubo más de 40 muertos en ciudades de mayoría kurda, como Javanrud y Saqqez.
Reiteró además la preocupación de Naciones Unidas por la aparente negativa de las autoridades iraníes a entregar los cadáveres de algunos fallecidos en las protestas a sus familias, a veces condicionando esta entrega a que los familiares no hablen a la prensa o mientan sobre la causa del deceso.
Laurence añadió que miles de personas fueron detenidas por unirse a las protestas, incluidas destacadas celebridades, y que al menos seis han sido sentenciadas a muerte por los delitos de “guerra contra dios” (crímenes contra el Estado o el Islam) o “corrupción en la tierra” (delitos contra la seguridad pública).
“Recordamos a las autoridades de Irán que tienen la obligación, bajo la ley internacional de derechos humanos, de respetar el derecho a la reunión pacífica y la libertad de expresión”, señaló el portavoz, quien pidió en nombre de la oficina la liberación de los detenidos por ejercer estas libertades fundamentales en ese país.
Laurence repitió su llamada a respetar el derecho de reunión pacífica y libre expresión al comentar brevemente la protesta protagonizada este lunes por el equipo nacional de fútbol de Irán, que se negó a cantar el himno nacional al principio del partido ante Inglaterra como acto de reprobación a las autoridades de su país.