Un obrero se refresca en una construcción en Savenay, en las afueras de Nantes, el 18 de julio de 2022, cuando una ola de calor azota Francia (Foto: Loic VENANCE / AFP)
Un obrero se refresca en una construcción en Savenay, en las afueras de Nantes, el 18 de julio de 2022, cuando una ola de calor azota Francia (Foto: Loic VENANCE / AFP)

Temperaturas que alcanzan máximos de 45°C grados en España, glaciares empiezan a derretirse e obligan a miles a dejar sus casas este verano en Europa, que vive una realidad más que sofocante. ¿A qué se debe esta histórica ola de calor?

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Los expertos en meteorología advierten que las olas de calor se están haciendo cada vez más frecuentes, más intensas y duraderas debido al cambio climático inducido por el hombre. Y es que las temperaturas han aumentado alrededor de 1,1 °C desde que comenzó la era industrial.

Reino Unido Francia, Italia, España y Países Bajos, por ejemplo, registraron récord de temperaturas el mes de julio, que pasan los 40°C. La situación es tan extrema que en Bélgica un fuego fue provocado por el calor y destruyó varios vehículos.

Los incendios forestales han estado presentes en este verano europeo. Miles de personas de Francia, Portugal, España y Grecia a dejar sus casas y se estima que hay un elevado número de muertes por las altas temperaturas. Pero, además del cambio climático, ¿qué factores influyen en esta ola de calor?

¿A QUÉ SE DEBE LA OLA DE CALOR EN EUROPA?

Si bien el calentamiento global es la causa principal de la ola de la calor en Europa, hay otros factores que causan las temperaturas históricas en el Viejo Continente.

“La huella del cambio climático está detrás de todo esto y es previsible que en el futuro tengamos olas incluso más intensas”, afirmó el meteorólogo Scott Duncan a la.

Verano en el Sahara

La Organización Meteorológica Mundial (OIM) explica que la ola de calor se originó en el norte de África y ha ido subiendo gradualmente hacia el norte. En ese sentido, Scott Duncan explicó en el programa Newsnight de la BBC que la ola es un resultado de un calentamiento provocado por las temperaturas del verano boreal en el desierto de Sahara, que coincidió con un sistema atlántico de baja presión entre las islas Azores y Madeira.

Según dijo, este sistema alimenta el frente cálido, lo que lo ha empujado hacia Europa occidental. “El eje de baja presión cerca de Portugal actúa como un motor para elevar el calor hacia el norte”, explica.

Los turistas se refrescan y beben en una fuente en Roma, en medio de una feroz ola de calor que arrasa Europa, el 19 de julio de 2022 (Foto: Andreas Solaro / AFP)
Los turistas se refrescan y beben en una fuente en Roma, en medio de una feroz ola de calor que arrasa Europa, el 19 de julio de 2022 (Foto: Andreas Solaro / AFP)

Corriente de chorro

El comportamiento que ha tenido últimamente la corriente de chorro, una especie de “río de aire” que fluye rápidamente de este a oeste a gran altura en el hemisferio norte, es otra de las causas.

El meteorólogo de la BBC, Nick Miller, comenta que la corriente de chorro en Europa y América del Norte estuvo dominada por fuertes crestas de alta presión, también conocidas como cúpulas de calor o domo. “Estas oscilaciones conectan las dos olas de calor continentales (la europea y la norteamericana) a través de un patrón de ondas atmosféricas, lo que ha hecho que la incidencia sobre partes de Europa sea mucho mayor. Esto se debe a que las fuertes corrientes de aire del Atlántico también intensifican la alta presión en el continente”, explica.

Calentamiento en el Ártico

Kai Kornhuber, investigador en el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, dijo a que el calentamiento en el Ártico, que está ocurriendo más rápidamente que en otras partes del mundo, podría tener un papel en la ola de calor en Europa.

En tanto el Ártico se calienta a un ritmo más veloz, la diferencia de temperatura entre esta zona y el Ecuador disminuye. Esto causa un decrecimiento en los vientos estivales, lo que tiene el efecto de causar que los sistemas meteorológicos permanezcan más tiempo. “Sí notamos un aumento en la persistencia”, analizó.