Rusia fue en el 2021 el décimo importador mundial de vino, por un valor de 949 millones de euros (un 2% del total), y sus tres principales proveedores fueron tres miembros de la UE: Italia con un 33% del total, Francia con un 19% y España con un 12%. (Foto: iStock)
Rusia fue en el 2021 el décimo importador mundial de vino, por un valor de 949 millones de euros (un 2% del total), y sus tres principales proveedores fueron tres miembros de la UE: Italia con un 33% del total, Francia con un 19% y España con un 12%. (Foto: iStock)

La invasión rusa a Ucrania conducirá a una subida de los precios del vino a nivel mundial, debido al efecto en cadena del encarecimiento de la energía y de la agravación de los problemas en la cadena de aprovisionamiento, advirtió la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV).

“La guerra de Ucrania ha añadido nuevos cuellos de botella a la cadena de suministros” y eso tiene como consecuencia un impacto inflacionista en el sector vitivinícola, así como perturbaciones en el suministro de insumos, destacó este miércoles el director general de la OIV, Pau Roca.

En la presentación del informe sobre el ejercicio 2021, Roca avisó también de que “la posible interrupción del comercio entre la Unión Europea (UE) y Rusia afectará a los principales exportadores a ese país”.

Rusia fue en el 2021 el décimo importador mundial de vino, por un valor de 949 millones de euros (un 2% del total), y sus tres principales proveedores fueron tres miembros de la UE: Italia con un 33% del total, Francia con un 19% y España con un 12%.

Roca hizo hincapié en que el conflicto de Ucrania “está afectando clarísimamente a los precios de la energía” pero no es el único factor.

En primer lugar, porque tanto Rusia como Ucrania son algunos de los grandes suministradores de materias primas. Pero también, por ejemplo, porque se han multiplicado por 20 los precios de los contenedores y de otros bienes y servicios básicos para el comercio internacional.

El pasado año las exportaciones mundiales de vino alcanzaron un nivel récord, con un incremento de 4% en volumen y de 16% en valor hasta 34,300 millones de euros.

Eso ilustra la recuperación después de la crisis del COVID, pero también una tendencia de fondo: el comercio internacional representaba el 27% del consumo de vino en el 2000, pero ha ido creciendo desde entonces con algunas pocas excepciones hasta el máximo histórico de 47% el pasado año.

Una evolución calificada por Roca de “muy satisfactoria” porque pone en evidencia que el vino es un producto de consumo que se ha internacionalizado y que ilustra “el éxito de una forma de entender la vida”.

España se convirtió en el 2021 en el primer exportador mundial en volumen con 23 millones de hectolitros, con un alza de 14% respecto al 2020, al superar a Italia con 22.2 millones (+7.3 %). Sin embargo, en valor el número uno indiscutible fue Francia con 11,075 millones de euros (+26.8 % en un año), seguido de Italia (7,060 millones, +12.5%) y España (2,883 millones, +9.5%).

Roca avanzó que, en el hemisferio sur, donde está ahora en marcha la vendimia del 2022, se espera un retroceso de la producción por las condiciones climáticas que debería ser de 13.1% en Argentina con unos 10,850 millones de hectolitros, de 9.9% en Chile a 12,100 millones y de 10% en Brasil a 3,240 millones.

La OIV también estima que bajará en Australia un 5.3 % a 13,450 millones de hectolitros, mientras que debería progresar un 0.4% en Sudáfrica a 10,650 millones y un 12.6% en Nueva Zelanda a 3,000 millones.