La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Gobierno de Sudáfrica inauguraron este domingo la quinta edición de la Conferencia Global sobre la Eliminación del Trabajo Infantil, que se desarrollará hasta el día 20 por primera vez en suelo africano, en la urbe sudafricana de Durban (este).
En total, hasta esta ciudad costera sudafricana se han desplazado en total unos 2,500 participantes con el objetivo de fijar una hoja de ruta para reimpulsar la meta de acabar con el trabajo infantil para 2025 después de los reveses causados por la pandemia de COVID-19.
A ellos se prevé que se unan otras 5,000 personas que seguirán de manera virtual esta conferencia, cuyas discusiones incluyen tanto a representantes gubernamentales y de organizaciones internacionales y civiles como a actores sindicales y patronales.
Entre los ponentes del evento destaca el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, quien, en un discurso durante la ceremonia de apertura de hoy, recordó una conocida cita del icónico Nelson Mandela que subraya que “los niños son la roca” sobre la que se “construye el futuro”.
“El trabajo infantil es un enemigo del progreso”, recalcó Ramaphosa.
Además del mandatario sudafricano, la conferencia cuenta en su programa con dos premios Nobel, de casi medio centenar de ministros y varios jefes de Estado.
Además de las delegaciones de los distintos países, instituciones internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) o la propia OIT cumplirán también un rol principal en este encuentro.
En Durban también estará representada la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ya que este último sector es el que cuenta con más prevalencia del trabajo infantil en todo el mundo.
Otras áreas temáticas que se abordarán en este foro, el principal de discusión mundial sobre este tipo de explotación de la infancia, serán la educación y el empleo juvenil, entre otras.
Todas esas conversaciones estarán atravesadas por los desafíos adicionales y los reveses que la pandemia de COVID-19 ha causado a la meta de acabar con el trabajo infantil para 2025, al revertir buena parte de los progresos de los últimos años.
Esta conferencia buscará ser no solo un foro de discusión, sino también una llamada decisiva a la acción, ya que es la última prevista antes de que se cumpla ese plazo de 2025.
En ese sentido, Guy Ryder, secretario internacional de la OIT, pidió hoy a “atajar las raíces del trabajo infantil” mediante herramientas como asegurar el derecho de los niños a recibir educación o garantizar que los padres tengan “empleos decentes” para cubrir las necesidades sin sacarlos de la escuela.
Esta es la primera ocasión en que esta conferencia de la OIT se celebra en África y precede a las celebradas en Buenos Aires (2017), Brasilia (2013), La Haya (2010) y Oslo (1997).
Según datos de la OIT, unos 160 millones de niños (es decir, casi uno de cada diez en todo el mundo), están sometidos a trabajo infantil. Casi la mitad de ellos, además, se dedican a tareas potencialmente peligrosas.