Al menos dos nuevas agresiones a periodistas se han reportado en Bolivia durante la cobertura del paro contra una cuestionada ley, que ha derivado en enfrentamientos entre manifestantes, la Policía y sectores afines al oficialismo.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP), que aglutina a los propietarios de los principales medios impresos del país, identificó este miércoles un caso en Santa Cruz y otro en Cochabamba.
En el primer incidente resultó afectado en Santa Cruz el camarógrafo de la red de televisión Unitel Ángel Justiniano Saucedo, cuando este martes “sufrió una contusión en la parte posterior de su pierna derecha” causado por un proyectil de gas lacrimógeno “disparado por un policía”.
Justiniano consideró que el policía que lo hirió “lo hizo deliberadamente” puesto que el proyectil le llegó directamente, señaló la ANP en un comunicado.
El otro caso en Cochabamba afectó a Lucio Trujillo, periodista de la cadena radial Erbol, cuando un grupo de manifestantes identificados con el sector del transporte pesado lo increpó por registrar imágenes de la protesta con su teléfono móvil.
Los manifestantes le exigieron que entregara su teléfono y revisaron el contenido, pese a que Trujillo les enseñó los documentos que lo acreditan como periodista.
Estos dos incidentes se suman a las denuncias de otros periodistas que desde este lunes cubren el paro indefinido en varias ciudades del país, donde ya se reportan varios heridos y detenidos.
En Oruro un grupo de periodistas reclamó garantías a su labor tras sufrir agresiones este lunes cuando la Policía reprimió con violencia el paro y les negó el ingreso a la plaza principal.
La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia repudió este martes las agresiones “físicas, verbales y psicológicas” sufridas por informadores Potosí, Oruro y Santa Cruz, que desde el lunes cubren la huelga nacional.
En Potosí el periodista Dilver Soria, de la radio Red Pío XII, “recibió el impacto de un petardo que perforó su chaleco” y se intentó destrozar los equipos de trabajo de Manuel Soux y otros reporteros, según denunció la ANPB.
Según el ente, entre los agresores estuvo el presidente de la Asamblea Departamental de Potosí, el oficialista Marcial Ayali, quien azuzó “a sus partidarios contra los bloqueos, responsabilizó a los periodistas por la crisis de noviembre de 2019″ y los calificó como “vendidos” y “golpistas”.
Hace un par de semanas en la región de Santa Cruz se denunció el secuestro y torturas contra varios reporteros, civiles y policías a manos de un grupo armado, la investigación del caso aún no ha dado con los responsables.
Los medios y el periodismo en Bolivia están en el fuego cruzado de una persistente polarización política desde la crisis del 2019, en la que el Gobierno dice se dio un “golpe de Estado”, mientras que para los opositores se cometió un “fraude electoral” tras los fallidos comicios de ese año.
Varios altos funcionarios del Gobierno y líderes sindicales de sectores afines al oficialismo han acusado a los medios de defender a los llamados “golpistas” y de manipular la información, mientras que los gremios de periodistas han acusado a la Administración de Luis Arce de seguir la línea dura del expresidente Evo Morales contra el trabajo periodístico.