Los Premios Nobel siguen teniendo una falta de mujeres entre sus distinguidos, en especial en las categorías científicas, aunque en los últimos años cuatro de ellas lo han logrado en Química lo que marca “una tendencia positiva”.
Así lo considera Carolyn R. Bertozzi, que este año ha logrado el Nobel de Química y hoy se sentaba en una mesa con el resto de sus compañeros premiados en las disciplinas científicas, en total ocho hombres y una mujer.
Bertozzi, que junto a la escritora francesa Annie Ernaux, son este año las únicas mujeres premiadas, destacó en una rueda de prensa que para ella es “un gran honor” sentarse entre, dijo, “estos científicos increíbles”.
Además recordó que de las ocho mujeres que han logrado el galardón en Química, cinco están vivas y de ellas cuatro lo han logrado en los últimos años, lo que consideró “una tendencia muy positiva”.
El de este año es el octavo Nobel de Química que ha logrado una mujer y en las ediciones más recientes también se hicieron con él la estadounidense Frances Arnold, en el 2018; además de Emmanuelle Charpentier (francesa) y Jennifer Doudna (estadounidense), en el 2020.
Bertozzi ha sido reconocida como creadora de la química bioortogonal, una revolución para la biología y la bioquímica que “refleja la fase inicial de un nuevo capítulo de la química en el que se utilizará para desarrollar nuevos tipos de medicamentos”.
Fármacos que se dirigirán a tejidos concretos y sabrán mantenerse alejados de aquellos otros tejidos que no se quieren tratar, señaló Bertozzi, quien indicó que la primera aplicación ya ha llegado a ensayos clínicos con humanos y se trata de una terapia contra el sarcoma.
“Creo que a corto plazo (la química bioortogonal) será un campo muy rico que crecerá durante la próxima década”, estimó la laureada, que como el resto recogerá el galardón el próximo día 10, fecha en que murió Alfred Nobel.
El galardón de Física ha premiado este año avances en la física cuántica que abren la puerta a nuevas aplicaciones de la tecnología cuántica.
El austríaco Anton Zeilinger destacó que las más evolucionadas son los generadores de números aleatorios y la criptografía cuántica, que permite transmitir un mensaje de forma absolutamente segura.
Sin embargo, es difícil saber concretar por dónde van a ir esas aplicaciones: “No tengo ni idea de cómo será dentro de 20 años, porque si me hubieran preguntado hace 20 años tampoco habría tenido ni idea de lo que ocurre ahora”.
El francés Alain Aspect, que comparte galardón con Zeilinger y el estadounidense John Clauser, reconoció que hay personalidades como la suya que “no son buenas para encontrar aplicaciones” a sus investigaciones, pero que otros sí lo hacen.
En Francia hay diversas empresas emergentes en tecnologías cuánticas, algunas creadas por sus antiguos alumnos, por lo que aunque él no ha encontrado las aplicaciones a sus estudios, en “cierta manera está contribuyendo a ello”.
El Nobel de Economía tiene entre sus premiados este año al que fuera presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, por sus investigaciones sobre bancos y crisis financieras.
Bernanke reiteró al importancia de no dejar que “las crisis financieras se descontrolen y tengan efectos tremendamente adversos en la economía real” y señaló que hoy se dispone de herramientas para tratar de prevenirlas y otras para aplicar durante una crisis.
En el primer supuesto destacó la necesidad de tener un sistema regulador sólido que garantice que el sistema sea resistente, que tenga la capacidad suficiente para soportar las sacudidas que puedan golpearlo en ese momento.
Bernanke consideró que en ese aspecto se ha avanzado mucho, con la reforma de regulación financiera, pero consideró que aún queda por hacer tanto en Estados Unidos como en algunas partes de Europa.
Ganar un Premio Nobel es un sueño de muchos jóvenes científicos, pero el danés Morten Meldal, otro de los premiados en Química, aseguró que lo que realmente impulsa la investigación “es la curiosidad por lo que puedes encontrar”, no lograr un galardón como este.
(Con información de EFE)