Una sequía sin precedentes en Chile está afectando a las operaciones mineras y obliga a las empresas a intensificar su búsqueda de más fuentes de agua, desde tratamientos y costosas plantas desalinizadoras hasta incluso alentar a los trabajadores a tomar duchas más cortas.
El país, el mayor productor mundial de cobre y el segundo de litio, lucha contra una escasez de agua que está entrando en su decimotercer año. Eso ha llevado a la capital, Santiago, a preparar planes para, eventualmente, racionar el agua a los residentes.
Las mineras también sienten los efectos.
Los Bronces, yacimiento estrella de Anglo American en la zona central de Chile, experimentó una caída interanual de la producción del 17% en el primer trimestre, en parte debido a la menor disponibilidad de agua, dijo la firma en abril.
Antofagasta dijo que la sequía provocó una caída de 24% en la producción del primer trimestre en su mina Los Pelambres.
La tensión sobre el uso del agua se ha ido acumulando durante años para las mineras en Chile, que la necesitan para bombear minerales como litio, fundir cobre y en sus plantas concentradoras, que procesan el mineral en bruto.
Tradicionalmente, han dependido de las aguas continentales: agua terrestre de lagos, ríos y embalses.
“Nuestro principal desafío es buscar otras fuentes distintas que el agua continental y es por eso que estamos buscando otros proyectos, otras alternativas”, dijo a Reuters Máximo Pacheco, presidente del directorio de la gigante estatal Codelco.
El ejecutivo dijo que Codelco planeaba reciclar más agua y reducir el uso de agua a través de ahorros de eficiencia, pero entregó pocos detalles sobre medidas específicas.
Empresas mineras trabajan en mejorar los relaves mineros para aumentar la recirculación, reducir la pérdida de agua de las tuberías y reutilizar las aguas grises.
En el 2020, las cupríferas recirculaban el 73% del agua y el resto de recursos nuevos, de los cuales un 70% provino de fuentes continentales, equivalente a 12,090 litros por segundo (lt/seg), según un estudio de la estatal Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
“Cada gota cuenta”
En Los Pelambres, en la norteña región de Coquimbo, se recuerda a los trabajadores de la mina que reduzcan el uso personal de agua mediante pantallas, parte del programa: “Cada gota cuenta”.
La mina de Antofagasta también tendrá una planta desalinizadora que entrará en funcionamiento en la segunda mitad del año y apunta a que el 90% del agua del yacimiento provenga del océano o sea recirculada para el 2025.
Jorge Cantallopts, jefe de estudios de Cochilco, declaró que las minas en lo alto de los Andes en el centro del país enfrentaban el mayor reto, ya que es probable que la sequía persista y hay mayores problemas logísticos para construir plantas de desalinización en la populosa región.
Si bien señaló a Los Bronces como el ejemplo más notable, dijo que otras minas como Andina y El Teniente de Codelco pronto podrían enfrentar contratiempos. “Van a enfrentar los mismos problemas y algo tenemos que hacer”, señaló.
El subsecretario de Minería, Willy Kracht, dijo a Reuters que el Gobierno esperaba que las empresas compartan la infraestructura desaladora y planea establecer una mesa para impulsar la coordinación.
Anglo American dijo en respuesta a consultas de Reuters que Los Bronces buscaba hacer que la producción fuera más eficiente y encontrar fuentes de agua que “no compitan con el consumo humano”.
La empresa ya aumentó la eficiencia del agua y redujo la extracción de agua dulce, aunque advirtió que sus proyecciones de producción de cobre de 660,000 a 750,000 toneladas este año podrían verse afectadas por la disponibilidad de agua y los impactos de la pandemia de COVID-19.
Política del agua
El uso del agua también se está volviendo cada vez más político, con el presidente izquierdista Gabriel Boric interesado en endurecer las regulaciones ambientales.
Los reguladores ya han buscado demandar o multar a algunas mineras por el uso excesivo de agua, especialmente en la región del Desierto de Atacama, una fuente importante de litio que está gran demanda para fabricar baterías de vehículos eléctricos.
Cochilco estima que el uso de agua dulce disminuirá en un 45% para el 2032 debido a la desalinización, según un informe del mes pasado, pero el proceso es costoso, usa mucha electricidad y no siempre es factible en las regiones andinas de gran altitud tierra adentro.
BHP, uno de los pioneros, ahora satisface la demanda de agua en su enorme mina Escondida con la tecnología y tiene otra desalinizadora en su mina Spence, pero aún depende de las aguas continentales para el depósito más pequeño de Cerro Colorado.
Antofagasta ha dicho que la continuidad de su mina Zaldívar depende de la extensión de los derechos de aguas continentales ya que su tamaño no justificaría el costo de una planta desalinizadora.
Kracht consideró que proteger los recursos hídricos y el medio ambiente y estimular el crecimiento económico en el país dependiente de la minería fue un difícil acto de equilibrio.
“Tenemos que hacernos cargo de esta sequía y a la vez, con el cambio climático y las políticas que se están impulsando a nivel global nos piden desarrollar más minería. Entonces hay una suerte de contradicción que nosotros tenemos que aprender” a resolver, subrayó.