El riesgo de toparse con minas flotantes en la principal ruta del mar Negro se suma a los peligros que corren los buques mercantes que navegan por la región, y los Gobiernos deben garantizar un paso seguro para que las cadenas de oferta sigan funcionando, afirmaron responsables marítimos.
El mar Negro es clave para el transporte de granos, petróleo y productos derivados. Sus aguas son compartidas por Bulgaria, Rumania, Georgia y Turquía, así como por Ucrania y Rusia, que están en guerra desde que el presidente Vladimir Putin invadió su vecino del sur el 24 de febrero.
Ucrania y Rusia se han acusado mutuamente de colocar minas en el mar Negro, y en los últimos días, equipos militares de buceo turcos y rumanos han desactivado minas perdidas en sus aguas.
El sindicato de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y el Grupo de Negociación Conjunta de los empleadores marítimos dijeron que están tratando de encontrar formas de garantizar que los buques no se conviertan en “daños colaterales en el conflicto continuo en Ucrania”.
“Instamos encarecidamente a los Gobiernos a que hagan todo lo que esté en su mano para mitigar la amenaza y garantizar el paso seguro de los buques que comercian cerca de estas zonas de conflicto”, declaró David Heindel, presidente de la Sección de Gente de Mar de la ITF.
Dos marinos han muerto y cinco buques mercantes han sido alcanzados por proyectiles -que han hundido una de esas naves- frente a las costas de Ucrania desde el inicio del conflicto, afirman los responsables del transporte marítimo.
El Centro Marítimo de la OTAN dijo en un aviso actualizado el 4 de abril que las autoridades nacionales están buscando “objetos similares a minas” y que “no se puede descartar la amenaza de más minas a la deriva”.
El mes pasado, un comité del sector de los seguros amplió la zona de alto riesgo de las aguas del mar Negro y el mar de Azov para incluir las zonas cercanas a Rumania y Georgia, lo que ha contribuido a que las aseguradoras aumenten las primas.