Funcionarios estadounidenses y mexicanos sellaron el viernes en Ciudad de México un nuevo capítulo en la relación diplomática de ambos países al relanzar su cooperación en materia de seguridad enterrando un acuerdo previo criticado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Los vecinos acordaron prevenir la delincuencia transfronteriza, combatir el comercio ilegal de armas, reducir el tráfico y la trata de personas y atacar la importación de precursores para elaborar drogas como el fentanilo, que ha disparado las muertes por sobredosis en Estados Unidos.
“Estamos concluyendo un proyecto que tiene varios meses y que nos permite afirmar que dejamos atrás la Iniciativa Mérida y entramos, a partir de hoy (viernes), al Entendimiento Bicentenario”, dijo el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en una rueda de prensa con su par estadounidense, Antony Blinken.
Ambos funcionarios se reunieron horas antes junto al secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, el fiscal general, Merrick Garland, y otras autoridades mexicanas. Por la mañana, Blinken desayunó con López Obrador, conocido por su acrónimo AMLO.
Lanzada en el 2007, la Iniciativa Mérida originalmente proporcionó equipo militar para las fuerzas mexicanas y luego ayudó a capacitarlas al igual que al poder judicial. Pero AMLO y sus aliados han criticado abiertamente el programa, diciendo que estaba contaminado por su asociación con gobiernos anteriores y por financiar equipos de seguridad en la década del 2000.
El nuevo acuerdo ha sido promocionado como más amplio que la Iniciativa Mérida, en virtud de la cual Estados Unidos canalizó alrededor de 3,300 millones de dólares para ayudar a México a combatir el crimen organizado.
“De una cooperación limitada vamos a una alianza, que es algo muy distinto, es superior cualitativamente. Solamente te alías con alguien en quien confías y respetas”, agregó Ebrard antes de explicar que el renovado pacto es más complejo que solo capturar a capos del narcotráfico.
Las relaciones entre los vecinos, que comparten una frontera de 3,169 kilómetros, sufrieron un duro golpe en octubre cuando agentes antinarcóticos de Estados Unidos arrestaron al exsecretario de Defensa mexicano Salvador Cienfuegos, indignando al gobierno de López Obrador.
Cienfuegos fue liberado, pero la detención tensó las relaciones y perjudicó la cooperación en materia de seguridad.
“El Entendimiento Bicentenario (...) marca el inicio de un nuevo capítulo en la cooperación en seguridad entre México y Estados Unidos, uno que nos verá trabajando como socios iguales, al definir y abordar prioridades compartidas”, aseguró Blinken.
El nuevo pacto se centra en el intercambio de información, las causas fundamentales de la violencia y la detención del flujo de armas de Estados Unidos a México, un punto clave de preocupación para el mandatario mexicano.
“No se puede reducir la violencia en México si no se reduce el número de armas”, defendió Ebrard.
Migración
Expertos sostienen que Estados Unidos quiere un enfoque más vigoroso para luchar contra los cárteles de la droga, mientras que México prefiere métodos más suaves y menos confrontativos.
Además, sostienen que el nuevo pacto podría verse ensombrecido por preocupaciones sobre migración.
Un aumento en el número de migrantes haitianos y latinoamericanos que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México sumió al gobierno de Joe Biden en otra crisis en septiembre y subrayó la dependencia de Washington del país latinoamericano para ayudar a detener el flujo.
La importancia de México en la gestión de la migración le ha dado a la administración de AMLO una ventaja para perseguir políticas más independientes en otras áreas, sostienen funcionarios mexicanos en privado.
A principios del 2021, durante la transición presidencial de Estados Unidos, México hizo más difícil la operación en el país para los agentes de la ley estadounidenses. También ha retrasado las visas para los agentes antidrogas de la nación vecina, según medios estadounidenses.