El gobierno mexicano presentará el miércoles un plan que busca levantar la turística ciudad Acapulco, que quedó arrasada la semana pasada por el paso de un poderoso huracán que mató a decenas de personas y dejó otro tanto de desaparecidos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió el martes que parte de los fondos podrían provenir de unos fideicomisos del Poder Judicial, por el equivalente a unos 830 millones de dólares, que fueron cancelados la semana pasada en medio de un enfrentamiento de mandatario con ese poder.
El huracán Otis azotó Acapulco con vientos de 270 kilómetros por hora (km/h) el miércoles, inundando la ciudad, arrancando techos de casas, hoteles y otros negocios, sumergiendo vehículos, cortando las comunicaciones y las conexiones por carretera y aire.
LEA TAMBIÉN: ¿Por qué el huracán Otis se intensificó tan rápidamente en México?
El costo de los daños causados por el huracán podría ascender a 15,000 millones de dólares según estimaciones. México ha enviado unos 17,000 miembros de las fuerzas armadas para mantener el orden y ayudar a distribuir toneladas de alimentos y suministros en Acapulco.
“Que se destine los 15,000 millones (de pesos) a apoyar a los damnificados de Acapulco”, dijo el mandatario a periodistas en referencia al monto de los fideicomisos, durante su conferencia de prensa matutina.
La medida de eliminar los fideicomisos ha sido políticamente polémica y siguió a una larga disputa entre el presidente y autoridades judiciales, que López Obrador argumenta son corruptas, hostiles a su gobierno y se les paga demasiado.
El Gobierno no necesitaría modificar el presupuesto de México de 2024 para hacer frente a la respuesta de Acapulco, dijo un funcionario mexicano, hablando bajo condición de anonimato.
México se ha esforzado por enviar suministros y mantener el orden en Acapulco, donde los residentes siguen buscando a sus seres queridos desaparecidos desde que el huracán categoría 5 azotó la costa.
Rápidamente se produjeron saqueos cuando la población de la ciudad, de casi 900,000 habitantes, se desesperó por conseguir alimentos y agua tras el paso de Otis, que azotó el emblemático centro turístico con una ferocidad inesperada, uperando con creces las previsiones iniciales de meteorólogos.
Guerrero, donde se ubica Acapulco, depende en gran medida del turismo, lo que presiona a la industria hotelera local para que reabran rápidamente. El estado es también uno de los más pobres de México y lleva mucho tiempo asolado por la violencia de bandas criminales, lo que complica la recuperación.
Las autoridades mexicanas de protección civil han confirmado hasta ahora la muerte de 48 personas en Acapulco y zonas cercanas. El gobierno de Guerrero dijo el martes que el número de desaparecidos había aumentado a 58 personas.
Fuente: Reuters
LEA TAMBIÉN: Aumentan a 48 los muertos por el huracán Otis en México