México podría recibir un golpe de entre US$ 10,000 millones y US$ 30,000 millones en aranceles si pierde la disputa comercial con Estados Unidos y Canadá, según dos exfuncionarios que negociaron el acuerdo bajo el cual se presentó la disputa.
Estados Unidos y Canadá solicitaron consultas de resolución de disputas en virtud del Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, conocido como T-MEC, argumentando que México está violando el tratado de libre comercio de América del Norte con sus medidas para priorizar la energía de su empresa de servicios públicos estatal sobre las empresas privadas de energías renovables.
Ambos países señalan que las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, han llevado a la denegación y revocación de la capacidad de las empresas estadounidenses para operar en el sector energético mexicano.
Si no se llega a una resolución y México pierde la disputa, en el verano del 2023, Estados Unidos y Canadá podrían imponer aranceles equivalentes a las pérdidas que han enfrentado sus empresas, indicó en una entrevista Kenneth Smith Ramos, quien fue el principal negociador del T-MEC por México hasta el 2019. El exsecretario de Economía Ildefonso Guajardo, ahora legislador opositor, dijo lo mismo en una entrevista con la periodista mexicana Carmen Aristegui.
Funcionarios estadounidenses ya han citado pérdidas de entre US$ 10,000 millones y US$ 30,000 millones, mientras que BloombergNEF calcula que por lo menos los más de US$ 22,000 millones en inversión privada están en riesgo.
”Esto parece muy difícil de resolver durante el período de consulta porque las violaciones son muy precisas y específicas”, dijo Ramos, quien vio esta como una de las disputas comerciales potencialmente más costosas desde que el predecesor del T-MEC entró en vigencia en 1994. “México necesita revisar por completo dos leyes que son esenciales para AMLO”.
La disputa podría tener un amplio impacto más allá del sector energético de México, afectando a fabricantes de automóviles y agricultores, agregó Guajardo.
En última instancia, la batalla podría dañar el atractivo de México y Norteamérica para los inversionistas justo al tiempo que se espera que la región experimente un auge en el comercio.
En medio de interrupciones en las redes de transporte marítimo, el cambio de ruta de las cadenas de suministro desde Asia podría impulsar las exportaciones en miles de millones de dólares para la segunda economía más grande de América Latina, sin embargo, la disputa comercial pone en riesgo parte de eso, dijo Luis de la Calle, en una entrevista. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo estimó el valor anual para México en más de US$ 35,300 millones.
Los problemas económicos de China y Europa han hecho que Norteamérica se convierta en la región más competitiva del mundo en este momento, señaló De la Calle, y agregó que si los tres países no logran llegar a un acuerdo, el costo principal sería el costo de oportunidad para México y Norteamérica por no aprovechar el contexto internacional que favorece enormemente a la región.
Según las reglas del T-MEC, dicha solicitud daría a México hasta 30 días para aceptar programar consultas. Si después de 75 días no se llega a un acuerdo, Estados Unidos podría solicitar que un panel formal escuche los argumentos de las dos naciones. Aunque ese proceso se centra en lograr que México acepte medidas correctivas, los conflictos prolongados pueden llevar en última instancia a que Estados Unidos imponga aranceles punitivos a las importaciones procedentes de México sobre el pacto comercial de dos años.
López Obrador, conocido como AMLO, defendió sus políticas este jueves y dijo que el sector petrolero estaba excluido del pacto comercial, un argumento que Smith y otros expertos en comercio disputan. El miércoles, en su conferencia de prensa diaria, el presidente tocó una canción titulada “Uy, qué miedo”, que parecía minimizar sus preocupaciones.
También dijo que estaba protegiendo al país contra “empresas voraces” y agregó que al iniciar la disputa, la Administración Biden corría el riesgo de parecer que estaba apoyando a empresas “corruptas”.
López Obrador ha trabajado para devolver al país la independencia energética apoyando a la empresa estatal de petróleo y gas Petróleos Mexicanos, conocida como Pemex, y a la eléctrica estatal CFE. El Gobierno se ha negado a otorgar permisos a varios proyectos energéticos extranjeros que se encuentran casi terminados.
”Estamos viendo un posible choque de trenes entre Estados Unidos, México y Canadá”, dijo Smith Ramos.