El progreso conseguido arduamente en la lucha contra el VIH se ha estancado, poniendo en peligro la vida de millones de personas, según un informe alarmante sobre cómo la pandemia del COVID-19 y otras crisis globales amenazan las labores para erradicar el sida.
A nivel mundial, la tendencia descendente en las nuevas infecciones registradas durante años está estancándose. Lo que es peor, los casos comenzaron a aumentar en partes de Asia y el Pacífico, donde antes habían estado descendiendo, de acuerdo con la agencia de las Naciones Unidas que encabeza la lucha global contra el sida.
El número de personas en tratamientos contra el VIH que les han salvado la vida aumentó con más lentitud el año pasado de lo que lo ha hecho en la última década. Las desigualdades están ampliándose.
El año pasado, cada dos minutos una adolescente o mujer joven se infectaban, y en el África subsahariana tienen tres veces más probabilidades de contraer el VIH que chicos y hombres de la misma edad. Y 650,000 personas murieron el año pasado de enfermedades relacionadas con el sida, halló el informe.
“Es una alarma para el mundo decir que el COVID-19 descarriló en forma significativa la respuesta contra el sida”, dijo Matthew Kavanagh, subdirector ejecutivo de ONUSIDA.
La ONU se fijó la meta de que se registren menos de 370,000 infecciones de VIH para el 2025. El año pasado hubo aproximadamente 1.5 millones, lo que significa que será necesario un cambio radical para acercarse al objetivo. Sin embargo, los países de ingresos bajos y medios están US$ 8,000 millones por debajo del financiamiento que necesitan, ya que la asistencia internacional también ha disminuido, halló el informe.
La situación incluso podría empeorar si se toma en cuenta que las pruebas diagnósticas para el VIH disminuyeron o hasta se suspendieron en muchos lugares con la llegada del COVID-19, lo que podría haber provocado que numerosos casos queden sin ser contabilizados.
“La gente está exhausta de epidemias y pandemias”, dijo el doctor Anthony Fauci, el principal experto del gobierno estadounidense para el sida. “Tenemos que luchar al doble de intensidad para conseguir que el VIH vuelva a estar bajo la atención requerida, como debe ser”.
La preocupante noticia llega en un momento en que la Conferencia Internacional sobre el Sida comenzará esta semana en Montreal, en la que se reportarán alentadores sucesos científicos. Entre los más sobresalientes están los siguientes:
Un hombre que vivió con VIH unos 30 años está en remisión a largo plazo y podría ser uno de un reducido número de personas en el mundo a las que se considera curadas, gracias a un trasplante especial similar al de médula ósea.
Ese riguroso tratamiento es solamente una opción para pacientes con VIH que también desarrollan leucemia y necesitan células madre sanguíneas trasplantadas para combatir el cáncer. Sucedió que la persona que le hizo la donación a este hombre tenía una rara mutación genética que hace que las células recién trasplantadas sean resistentes al VIH.
El paciente, hoy de 66 años, se sometió al trasplante en el 2019. Poco después comenzó la pandemia de COVID-19 y decidió mantener el tratamiento de medicamentos contra el VIH hasta que consiguiera vacunarse. Ahora ya lleva 17 meses sin medicinas contra el sida y no tiene indicios de VIH, dijo la doctora Jana Dickter, de City of Hope, un centro de investigación contra el cáncer en California.
Esto lo ha convertido en el paciente de mayor edad y que más tiempo ha vivido con VIH en someterse a ese trasplante potencialmente curativo. Los científicos confían en que estos casos raros brinden pistas que a la larga contribuyan a mejorar la atención de más pacientes.
Por otro lado, investigadores de la Universidad de Barcelona informaron el miércoles que el sistema inmunitario de una mujer al parecer ha mantenido su VIH en niveles indetectables durante 15 años. Ella formó parte de un estudio de investigación en el 2006 que incluyó algunos tratamientos de refuerzo inmunitario, pero se desconoce por qué le ha funcionado tan bien.
Según otro estudio, tomar un antibiótico después de tener relaciones sexuales sin protección reduce las posibilidades de infectarse de gonorrea, clamidia o sífilis.
Esas enfermedades de transmisión sexual son causadas por distintos tipos de bacterias. Son una amenaza cada vez mayor, en especial entre las personas que tienen VIH o que corren alto riesgo de contraerlo.
En Seattle y San Francisco, los investigadores administraron a los participantes del estudio —hombres gay y bisexuales, al igual que mujeres transgénero— el antibiótico doxiciclina con la instrucción de que tomaran una sola dosis antes de que se cumplieran 72 horas de que hubieran tenido relaciones sexuales sin condón.
El riesgo de que se infectaran disminuyó más de 60% entre quienes atendieron la indicación, dijo la doctora Annie Luetkemeyer, de la Universidad de California, en San Francisco.
Antes de que los expertos recomienden esa estrategia, necesitarán saber si podría agravar la resistencia a los antibióticos, lo que dificultaría tratar las enfermedades de transmisión sexual u otras bacterias con las que la gente se suele topar.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indicaron que examinarán ese aspecto cuidadosamente, pero publicaron en línea algunas precauciones para quienes consideren utilizar la doxiciclina mientras tanto.
El informe de ONUSIDA mostró que la lucha de las autoridades de salud pública contra el VIH se ha vuelto más difícil, pero hay algunos aspectos positivos. Los investigadores informaron el miércoles que Botswana, que se ha visto muy afectada por este virus, ya ha alcanzado una meta crucial fijada para el 2025: el 95% de las personas infectadas con VIH tienen conocimiento de su situación, más de 95% de ellas reciben tratamiento y más de 95% de los atendidos muestran indicios de que su carga viral está siendo suprimida.
Kavanagh elogió a Botswana por sus grandes cambios de política que “contribuyeron a que aumentaran los pacientes atendidos”, lo cual incluye el suministro gratuito de medicamentos contra el VIH, la realización de pruebas diagnósticas contra el virus en casa y la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo.
La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, dijo que no es demasiado tarde para reencarrilarse a pesar de las continuas crisis económicas y del COVID-19.
“Poner fin al sida costará mucho menos dinero que no hacerlo. Las acciones necesarias para erradicar el sida también son cruciales para superar otras pandemias”, manifestó.