Como ya hicieran varias ONG locales y Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional (AI) calificó de “apartheid” la política de Israel hacia los palestinos, quienes serían tratados como “un grupo racial inferior”, unas afirmaciones rebatidas por las autoridades israelíes.
En abril del 2021, HRW causó revuelo al secundar la postura de varias oenegés palestinas e israelíes que habían decidido utilizar el término “apartheid” para designar la política de Israel hacia los palestinos y los árabes israelíes, descendientes de los palestinos que permanecieron en sus tierras tras la creación de ese Estado, en 1948.
Durante todo este año, HRW ha estado utilizando el término “apartheid” en el contexto israelo-palestino, y ahora AI ha publicado un voluminoso informe para explicar por qué ha decidido hacer lo mismo, aunque matizó que desea evitar comparaciones con Sudáfrica.
“Vivan en Gaza, en Jerusalén Este, en el resto de Cisjordania o en Israel, a los palestinos se les trata como a un grupo racial inferior y sistemáticamente se les quitan sus derechos. Y esas políticas crueles de segregación, de desposesión y de exclusión de Israel en esos territorios equivalen claramente a un apartheid”, subraya la organización.
Para Amnistía Internacional, Israel considera a los palestinos una “amenaza demográfica”.
Según datos oficiales, en la actualidad, unos 6.8 millones de judíos y otros tantos árabes viven en Israel, Jerusalén, Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza, un territorio sometido a un bloqueo israelí desde que el movimiento islamista Hamás llegó al poder, en el 2007.
“Los ciudadanos árabes de Israel no tendrán la misma experiencia de apartheid que los de Gaza, pero eso no significa que no haya un régimen de apartheid”, afirmó la secretaria general de AI, Agnès Callamard.
“Me quedé conmocionada por la deshumanización del sistema”, añadió Callamard, que llegó la semana pasada a Jerusalén. Se ha reunido con gente tanto en Cisjordania como en Israel, pero no ha podido entrevistarse con ningún responsable israelí, pese a que presentó una solicitud “en octubre”.
“Mentiras”
Este lunes, cuando el informe de Amnistía Internacional todavía estaba embargado, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, denunció un reporte “antisemita”, un “reciclaje de mentiras”.
“Amnistía solía ser una organización valiosa que todos respetábamos. Hoy es exactamente lo contrario”, dijo Lapid, acusando a la ONG de “no ser una organización de derechos humanos, sino una organización radical”.
“Israel no es perfecto, pero es una democracia ajustada al derecho internacional, abierta a la crítica. No me gusta decir que si Israel no fuera un Estado judío nadie en Amnistía se atrevería a atacarlo, pero no veo otra explicación”, añadió el ministro, miembro de una coalición gubernamental apoyada por una formación árabe.
“Israel está en el punto de mira por ser un Estado judío. Este informe sesgado y politizado ignora tanto los actos de terrorismo palestino como la obligación de Israel de defender a sus ciudadanos contra ese mismo terrorismo”, abundó el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald S. Lauder.
“Criticar las prácticas del Estado de Israel no es en absoluto una forma de antisemitismo. Amnistía denuncia enérgicamente el antisemitismo y hemos denunciado el antisemitismo de muchos líderes (políticos) de todo el mundo”, reaccionó Callamard. “Lo que decimos es que en el 2021, en el 2022, hay apartheid en Israel, no sugerimos que hubiera un sistema de apartheid en 1948″.
Llamado a la ONU
En su informe, la oenegé exhorta al Consejo de Seguridad de la ONU a imponer un “embargo” a las ventas de armas a Israel, que en el 2021 libró una guerra contra Hamás, un movimiento que Estados Unidos y la Unión Europea consideran “terrorista”; y también pide que se ordenen “sanciones” contra los responsables israelíes “más implicados en el crimen de apartheid”.
Amnistía Internacional también insta a la Corte Penal Internacional (CPI), que el año pasado dirigió una investigación por “crímenes contra la humanidad” contra los palestinos, a “añadir el crimen de apartheid” a su caso. Por su parte, Israel está orquestando una campaña diplomática para convencer a los países occidentales de apoyarle frente a la CPI.
Pero, para AI, ha llegado el momento de que la comunidad internacional termine con el “cansancio” del conflicto israelo-palestino, señaló su secretaria general, en tanto el proceso político de paz sigue en punto muerto.