Los apagones de internet ordenados por los gobiernos son ataques graves contra los derechos humanos, en especial contra la libertad de expresión e información, favorecen la desigualad y provocan un perjuicio para la economía, consideró la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En un informe publicado por el organismo que dirige la alta comisionada Michelle Bachelet, se analizan las interrupciones intencionadas del acceso internet y otras comunicaciones efectuadas por los gobiernos, así como sus causas y consecuencias.
“Con demasiada frecuencia se ralentizan o bloquean los principales canales de comunicación o redes de comunicación enteras, lo que priva a miles o millones de personas del único medio que tienen para ponerse en contacto con sus seres queridos, realizar su trabajo o participar en debates y decisiones políticas”, señala el informe.
En países como China, los gobiernos además de recurrir a un bloqueo de la conectividad, prohíben el acceso a importantes plataformas sociales y de comunicación, entre ellas Twitter y Whatsapp.
Entre el 2016 y 2021 se identificaron 931 apagones de internet en 74 países y algunos de ellos ocurrieron de manera repetida y durante un tiempo prolongado.
“Los cortes de internet son poderosos marcadores de problemas de derechos humanos”, sostuvo la experta de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Peggy Hicks.
Se ha constatado que las interrupciones intencionales de los servicios de internet ocurren más en periodos electorales, lo que impide que los ciudadanos accedan a información independiente y a la larga “atenta contra los procesos democráticos”, señaló.
El informe confirma que los gobiernos suelen evadir la responsabilidad cuando son acusados de esta práctica y de 228 casos en 55 países denunciados por organizaciones de la sociedad civil, ningún gobierno reconoció tener algo que ver con esa situación.
Los países que reconocen haber cortado el acceso a internet alegan motivos de seguridad pública, defensa contra ataques racistas o lucha contra la desinformación, pero la ONU considera que en realidad se provoca el efecto contrario porque “se fomenta la confusión y aumenta el riesgo de división y conflicto”.
Además, los apagones de internet aumentan la brecha digital entre los países y dentro de éstos.
Para la economía de los países, los efectos también resultan seriamente perjudiciales ya que aumentan los costes para el empleo, la educación, la salud y la participación política.