Los productos que sustituyen la carne (carne vegetariana o vegana) han invadido los supermercados del mundo entero, ensalzados por los ecologistas como una solución para el despilfarro alimenticio y contra el cambio climático, mientras que los nutricionistas se muestran reservados sobre sus beneficios.
¿Qué es?
La carne vegetariana está hecha a base de productos de origen vegetal. Tiene habitualmente forma de hamburguesa, y está hecha a partir de soja o el tofu. A veces es fabricada como cortes de pollo.
Los últimos avances en la materia incluyen ingredientes de síntesis, como el hemo, derivado de la hemoglobina, para darle un sabor “sanguíneo”.
Otra versión cuenta con el favor de la industria agroalimentaria: se trata de carnes creadas en laboratorio, a partir del cultivo de células animales, así como de proteínas microbianas y hongos.
Su importancia ante el cambio climático
Estos sustitutos permiten reducir un consumo de carne considerado excesivo para la salud y el planeta, en particular en los países del hemisferio norte.
A principios de abril los expertos del clima de la ONU (IPCC) volvían a recordar la importancia de la “transición hacia regímenes con proteínas vegetales”, lo que reduciría el impacto colosal de la ganadería, un sector que consume grandes cantidades de energía y libera mucho CO2.
Sustituir el 20% del consumo mundial de carne bovina y de cordero con proteínas microbianas podría reducir a la mitad la deforestación y las emisiones de CO2 relacionadas con la agricultura de aquí al 2050, estima un reciente estudio publicado en la revista Nature.
Las imitaciones de carne “no son una solución mágica para resolver todos los problemas. El trigo o la soja ya son muy problemáticos en términos de agotamiento de la biodiversidad o del suelo”, explica Olivier de Schutter, copresidente de un panel internacional de expertos independientes IPES-Food de la ONU.
Su aspecto industrial
“Vegetal” no significa necesariamente “natural”, y algunos expertos resaltan el carácter industrial y ultraprocesado de estos productos.
Muchos de los productos que se venden en grandes superficies contienen grandes cantidades de azúcar, de grasa, además de los aditivos, colorantes y agentes para darles un aspecto similar al de la carne.
Las grandes multinacionales del sector agropecuario han mostrado su interés por el sector, como JBS, Cargill, Tyson o Unilever.
Un mercado jugoso
El banco Barclays estima que los sustitutos vegetales representarán el 10% del mercado mundial de la carne de aquí al 2030, en comparación con el 1% actual, es decir US$ 140,000 millones.
Este subsector está creciendo especialmente en Asia y Estados Unidos (+42.1% de aquí al 2030, según el gabinete Grand View Research).