Las sanciones internacionales comienzan a surtir efecto en la industria armamentista rusa, que tiene dificultades para reemplazar los misiles guiados que utiliza su ejército en Ucrania debido al embargo de componentes electrónicos impuesto a Rusia, afirmó un funcionario del Pentágono.
Rusia ha lanzado tantos misiles contra Ucrania que se han quedado cortos “de armamento guiado de precisión y tienen problemas para reemplazarlo”, declaró este funcionario que pidió el anonimato.
“Creemos que las sanciones y restricciones a la exportación, especialmente de componentes electrónicos, han tenido un efecto en la base industrial de la defensa rusa”, agregó.
Por eso sobre las grandes ciudades como Mariúpol o Járkov lanzan bombas no guiadas que no distinguen entre un objetivo militar y un edificio de apartamentos, explicó.
Además, las fuerzas rusas siguen teniendo problemas de aprovisionamiento y disciplina, incluso entre los oficiales que “se niegan a obedecer las órdenes y a avanzar”, dijo.
Frente a la obstinada resistencia ucraniana, la operación rusa en el sur del país “apenas ha progresado en los últimos días”, dijo el funcionario del ministerio de Defensa estadounidense.
En Donbás, “los rusos no han podido lograr ningún progreso significativo”, afirmó, algo que atribuyó a la incapacidad de las fuerzas rusas para coordinar los ataques aéreos y las maniobras en tierra, e incluso el clima que enloda el terreno, lo cual obliga a los tanques a permanecer en las carreteras pavimentadas. Y “no han resuelto todos sus problemas de logística y mantenimiento”, añadió.