No es la primera vez que China y Taiwán protagonizan altas tensiones que dividen, nuevamente, en dos al mundo. Este nuevo capítulo inició hace unos meses entre llamadas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y Xi Jinping, el mandatario chino.
Entre conversaciones, China mencionaba su interés en volver a tomar control de Taiwán, mientras que EE.UU. aseguraba ayudar a dicha isla para que sea independiente.
Sin embargo, esta semana se encendieron las alertas por el viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a Taipéi, capital de dicha isla.
China no demoró en anunciar movimientos militares en el estrecho de Taiwán, mientras que la prensa cubría la llegada del avión de Pelosi.
¿Cómo inició los conflictos entre China y Taiwán?
Taiwán fue descubierta por China en 232 A.D., cuando realizaban una expedición. Luego, se convirtió en una colonia holandesa, y años después fue administrada por la dinastía Qing de 1883 a 1895.
En 1985, tras una victoria japonesa, China cedió Taiwán a este país. Y tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, este renunció a los territorios que ocupó en China.
Es así que China tomó el poder de la isla con el consentimiento de Estados Unidos y Reino Unido, pero la guerra civil de China, que inició en 1927, siguió tras acabarse la II Guerra Mundial.
Las tropas de Chian Kai-Shek fueron derrotadas por los comunistas de Mao Zedong. Es así que se refugiaron en la isla.
Heredaron una dictadura de facto, e inició un proceso de democratización en la isla, donde llega el presidente Lee Teng-hui, conocido como el “padre de la democracia” lideró cambios en la constitución para poder elegir al primer presidente en el 2000.
Tras décadas de malos momentos, China y Taiwán quisieron unirse y China señaló que era “un país, dos sistemas”, pero Taiwán se negó.
En las elecciones ganó Chen Shui-ban, lo que alarmó a Beijing pues este político buscaba la independencia. Fue reelegido y China aprueba la llamada ley antisecesión en 2005.
Para el 2016 fue elegida la actual presidenta de Taiwán Tsa ing-wen, quien también se inclina ante la independencia formal de China.
Una posible guerra entre Taiwán y China
Los fantasmas de la guerra no solo se encuentran entre Rusia y Ucrania, sino que Taipéi podría estar frente a un ataque repentino de China.
El mandatario chino ya había mencionado su reclamo por Taiwán ante el “fortalecimiento” de la nación, tal como lo hizo Putin con Ucrania.
Actualmente, la defensa militar de Taiwán se encuentra débil y la presidente Tasi Ing-wen ha prometido defender a la isla, pero tiene problemas para estrategias militares.
Eso sí, es conocido que la isla gasta miles de millones de dólares en aviones de combate y más. Aún así tiene fallas, como un servicio militar obligatorio muy corto.
Ahora existe la duda es sobre la ayuda de Estados Unidos. En mayo pasado, Joe Biden señaló que EE.UU. ayudaría, pero no ofrece garantías de seguridad explícitas. Esta conducta se daría para no molestar a Beijing.
La preocupación se centra en maniobras que sería la antesala intencional o no de un conflicto. “No podemos esperar, estamos contra reloj”, señaló Michael Tsai.
Si bien un total ataque a Taiwán es más complicado que lo ocurrido en Rusia a Ucrania, algunos oficiales de defensa taiwaneses y estadounidenses creen que Beijing podría llevarse a cabo en los próximos años.
¿Tercera guerra mundial?
La primera respuesta de China fue llamadas militares ante la llegada de Pelosi. De inmediato muchos señalaron que se podría tratar de una guerra fría.
Sin embargo, especialistas señalan que las decisiones de EE.UU. y China podrían solo afectar a la isla.
Brian Hioe, editor de New Bloom Magazine, comentó a Blu Radio que Biden no pudo frenar la llegada de Pelosi, pues no tiene esa autoridad.
“Biden no le puede quitar legitimidad a Pelosi mientras realiza su visita, el hecho de que ella tenga ese rango y no se aparte del gobierno americano hace que China lo asocie como una amenaza”, aseguró.
Otro detalle es que los medios internacionales vieron desde otra perspectiva lo sucedido, mientras que la población taiwanesa, quienes sí son los afectados, lo vieron con miedo ante nuevas medidas de seguridad. “No percibimos una tercera guerra mundial”, concluyó.