Esas 9,000 toneladas apenas representan un 1% sobre el total de capturas de la flota española, según datos de la patronal de armadores Cepesca. (Foto: EFE)
Esas 9,000 toneladas apenas representan un 1% sobre el total de capturas de la flota española, según datos de la patronal de armadores Cepesca. (Foto: EFE)

En la negociación contrarreloj entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido para cerrar un acuerdo sobre su relación a partir del próximo 1 de enero, con este próximo fin de semana como aparente último plazo, la pesca se ha convertido en el elemento más complicado de resolver en el .

Nueve flotas de la UE pescan en aguas británicas: España, Francia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Irlanda, Suecia y Polonia y obtienen en esas aguas el 40% de las capturas de la flota europea.

España captura anualmente alrededor de 9,000 toneladas de pescado en aguas del Reino Unido, principalmente merluza, gallo y rape, que están valoradas en unos 27 millones de euros.

Esas 9,000 toneladas apenas representan un 1% sobre el total de capturas de la flota española, según datos de la patronal de armadores Cepesca.

Los buques pesqueros españoles dan empleo a 2,150 tripulantes y generan alrededor de 10,750 empleos directos e indirectos. Son, principalmente, gallegos, pero también del País Vasco, de Cantabria y de Asturias.

A finales del pasado noviembre el Reino Unido anunció la entrada en vigor de una ley que pondrá fin el próximo 31 de diciembre al derecho automático de las flotas de la Unión Europea (UE) a pescar en aguas británicas.

La soberanía de las aguas ha sido uno de los argumentos de los partidarios del Brexit, y el Reino Unido ha insistido en que cualquier acuerdo futuro debe partir de la base de que los caladeros británicos son ante todo para los buques británicos.

El portavoz jefe comunitario, Eric Mamer, recordó que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dicho en reiteradas ocasiones que la UE respeta el derecho del Reino Unido a recuperar la soberanía sobre sus aguas naciones y que el debate está en “la manera en que eso se va a llevar a cabo”.

Medidas de contingencia

El 10 de diciembre la Comisión Europea propuso un marco legal para evitar que la pesca se vea interrumpida por el Brexit, permitiendo a los pescadores europeos y británicos el acceso mutuo a sus respectivas aguas hasta el 31 de diciembre del 2021, o hasta que exista un acuerdo pesquero con el Reino Unido.

En particular, propuso una normativa que regularía las autorizaciones pesqueras para los buques europeos en aguas de Reino Unido y para los barcos británicos en aguas de la Unión.

Las normas se aplicarían desde el 1 de enero del 2021.

En la negociación del Consejo de ministros de Pesca de diciembre sobre las posibilidades pesqueras en el Atlántico y el Mar del Norte se dejaron aparte 119 especies pesqueras de gestión compartida con el Reino Unido, a la espera de que concluyan las negociaciones y el eventual acuerdo en materia de pesca.

Sin embargo, se decidieron las condiciones para que los buques europeos puedan seguir faenando a partir del 1 de enero.

El Consejo de ministros de Pesca de esta semana decidió permitir que esos barcos puedan disponer en el primer trimestre del 2021 de un mínimo del 25% de los Totales Admisibles de Capturas (TAC) establecidos para el 2020 de las poblaciones compartidas.

En algunas de las especies, como la caballa, la bacaladilla y el jurel se aumentará hasta al 65% del TAC durante esos tres meses.

Futuro acuerdo

El objetivo de las negociaciones es llegar a un acuerdo que permita a la flota de la UE seguir faenando en esas aguas y a los británicos continuar vendiendo sus productos pesqueros en territorio comunitario, sin aranceles ni impuestos en las fronteras.

El Reino Unido vende el 80% de su pescado a la UE y no podría darle salida de la misma forma si ambos bloques empiezan a comerciar bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con nuevos aranceles y barreras a los intercambios.

Londres apuesta por negociar anualmente las cuotas con los países del bloque, un arreglo similar al que se acordó con Noruega y que la Unión Europea considera técnicamente inviable por la gran cantidad de especies en las aguas británicas, a diferencia del convenio suscrito con Oslo.

La Unión es partidaria de un pacto de “largo plazo, por muchos años, con estabilidad de gestión y acceso y de reparto de cuotas”.

Según informaciones recientes, en la mesa de la negociación el debate no está ahora en las cuotas de captura de las especies sino en el acceso a las aguas, y Reino Unido ha planteado que quiere asegurarse que un cierto porcentaje de los barcos que pesquen en sus aguas sean de propiedad británica.

Otra de las demandas británicas en cuanto a la pesca es negociar la captura de especies pelágicas -aquellas que nadan cerca de la superficie- de manera bilateral con los Estados miembros costeros, una petición que no es aceptable para la Unión Europea.

TAGS RELACIONADOS