La ofensiva rusa en Ucrania, que ha dejado miles de muertos entre civiles y militares, cumple este domingo dos meses sin que las partes hayan logrado avanzar en las negociaciones para establecer un alto el fuego.
Según la ONU, al menos 2,200 civiles han fallecido desde el inicio de la campaña militar rusa en Ucrania el pasado 24 de febrero, que ha causado también múltiples bajas en las filas de ambos ejércitos. Hasta ahora han reconocido 1,351 muertos por parte de Rusia y entre 2,500 y 3,000 por parte de Ucrania.
Naciones Unidas ha advertido de que la cifra real de los civiles muertos puede ser muy superior a los datos que se manejan ahora debido a la falta de acceso a zonas donde aún continúan los combates.
Mientras, las partes del conflicto han estimado en más de 20,000 las bajas mortales en el bando enemigo.
Las hostilidades y la incertidumbre también han causado la huida de Ucrania de más de cinco millones de personas en las últimas ocho semanas, según la ONU, mientras centenares de miles llegaron a Rusia desde los territorios de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como otras partes de Ucrania, de acuerdo con fuentes oficiales rusas.
Segunda fase del conflicto
Los dos meses del conflicto se cumplen en plena ofensiva rusa por el control total del Donbás, en el este ucraniano.
“El enemigo continúa realizando operaciones ofensivas (...) para establecer el control total sobre las regiones de Donetsk y Lugansk”, según el último parte del Estado Mayor del Ejército ucraniano.
Un alto mando militar ruso reconoció esta semana que durante la segunda fase de la “operación militar especial” Rusia buscará hacerse con el control también del sur de Ucrania, con posible acceso a la frontera con Moldavia.
Estos planes no han sido confirmados ni desmentidos por el Ministerio de Defensa ruso ni por el Kremlin, pero la actividad de las tropas rusas en esas direcciones durante los próximos días será determinante para comprender si Moscú extenderá la campaña militar más allá del objetivo inicial de “liberar” el Donbás.
En opinión del asesor presidencial ucraniano, Oleksiy Arestovich, la fase activa de los combates acabará en dos o “máximo tres semanas” puesto que Moscú quiere anunciar un triunfo “preliminar” para el 9 de mayo, cuando se conmemora la victoria de la URSS sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
“Anunciarán victorias preliminares, dirán que las tareas han sido cumplidas y ofrecerán negociar”, opinó hoy Arestovich, quien agregó no obstante que si las conversaciones fracasan, Rusia puede emprender más ataques en verano y en otoño.
Con todo, aseguró que las posibles operaciones militares en el futuro serán de menor envergadura e intensidad.
Mariúpol y Bucha
Mariúpol, junto al mar de Azov, es el último reducto de la resistencia ucraniana en esta ciudad portuaria y constituye uno de los principales objetivos rusos desde el principio de la campaña militar para intentar lograr el total control de la región del Donbás y formar un corredor terrestre en el este del país hasta la anexionada península de Crimea en 2014.
Pocos días antes de cumplirse dos meses del inicio de la ofensiva en Ucrania, Moscú afirmó que tiene bajo su control la estratégica urbe, salvo la acería de Azovstal, donde se refugian los últimos defensores de la ciudad.
Kiev no obstante asegura que la lucha por la ciudad continúa y que sus fuerzas se han atrincherado no solo en Azovstal, sino también en otros puntos de la ciudad, donde ahora se encuentran cerca de 100,000 habitantes, según Ucrania, y 250,000, según milicias prorrusas.
El segundo mes de la ofensiva rusa estuvo marcado también por los crímenes de guerra atribuidos a las tropas rusas en la localidad ucraniana de Bucha, cerca de Kiev, y otros poblados de la zona.
Moscú rechazó en repetidas ocasiones que sus soldados hayan cometido las atrocidades que mostraron medios ucranianos y occidentales y llamó a investigar el “monstruoso montaje”, del que culpó a las autoridades de Kiev.
Negociaciones estancadas
Las negociaciones entre las partes se estancaron hace aproximadamente un mes, después de recrudecerse los combates en Mariúpol y salir a la luz las imágenes de Bucha.
La última ronda de conversaciones presenciales entre los delegados de ambos países tuvo lugar en Estambul, el pasado 29 de marzo.
Inicialmente, las partes sugirieron tímidos avances en la reunión de Estambul, pero las semanas posteriores pusieron de relieve que las diferencias siguen siendo irreconciliables, al menos, por el momento.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó este viernes que las negociaciones con Ucrania “se han estancado” y que Kiev no responde a la última propuesta que Moscú le hizo llegar días atrás.
“Actualmente (las negociaciones) se han estancado, porque la propuesta que transmitimos a los negociadores ucranianos, elaborada tomando en cuenta los comentarios que ellos formularon, sigue sin respuesta”, dijo Lavrov.
Mientras, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, insistió este sábado en la necesidad de una reunión directa con su homólogo ruso, Vladímir Putin, porque los contactos a través de mediadores y terceros países no surtirán el “resultado deseado”.