La nueva Constitución chilena podría terminar pareciéndose mucho a la actual, aprobada en la dictadura de Augusto Pinochet, pero teniendo un origen democrático, ya que la derecha liderará el proceso de escribir un nuevo texto tras su victoria electoral del domingo, otra dura derrota para el presidente Gabriel Boric.
El Partido Republicano, encabezado por el líder de la derecha dura José Antonio Kast que ha defendido abiertamente el régimen militar, obtuvo más de un tercio de los votos en los comicios del domingo en que se eligieron a los redactores que escribirán la nueva Constitución, un cambio brusco desde la mayoría de izquierda que lideró el primer y fallido intento.
La victoria de la derecha podría sentar las bases para una reescritura conservadora similar al texto original, muy orientado al mercado, que ha sido señalado por impulsar décadas de fuerte crecimiento económico en la nación cuprífera pero criticado por favorecer la desigualdad social, uno de los motivos que provocó meses de protestas en 2019.
LEA TAMBIÉN: La nueva semana laboral y la ecuación que promete transformar a Chile
Para la derecha el momento actual es “lo mejor de los dos mundos”, dijo el analista político Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York. “Que la gente escoja la Constitución de Pinochet sin la firma de Pinochet”.
“Si incluye algunas mejoras y demandas de la izquierda, vamos a tener una Constitución muy similar a la de Pinochet, pero firmada por Gabriel Boric y ministros del Partido Comunista (parte de la coalición gobernante)”, añadió.
Boric, un exlíder de protestas estudiantiles, llegó al poder en marzo del año pasado con un esperanzador mandato de reforma, comprometiéndose a apoyar los cambios progresistas que se planeaban para la Constitución.
Pero ese proceso terminó en fracaso en septiembre, cuando los votantes rechazaron la propuesta con una mayoría contundente.
Esta vez, los votantes parecen estar más enfocados en recuperar la estabilidad económica y lidiar con la inflación, alarmados por asuntos como el avance del crimen o los efectos de la inmigración irregular, más que en un cambio social radical.
“El clima político hoy día en Chile ya no es el mismo que en 2019 ó 2020″, dijo el analista político Cristóbal Bellolio. “Parecía que los chilenos querían grandes transformaciones y ahora parece que no quieren correr ningún riesgo, que quieren disminuir la incertidumbre”.
Todo esto ha allanado el camino a políticos de extrema derecha como Kast, un abogado que perdió el balotaje ante Boric en las elecciones presidenciales de 2021, que mantiene un discurso duro antidelincuencia y asuntos similares.
El partido de Kast ganó 23 de los 50 escaños en el nuevo Consejo Constitucional, mientras que una coalición aparte de partidos de la derecha tradicional, que también apoyaron a la dictadura pero con los años han tratado de ir desligándose de esa herencia, ganó 11 escaños.
La coalición de los partidos oficialistas de izquierda, en cambio, sólo logró 16 escaños.
Con una mayoría exigida de tres quintos para aprobar e incluir los nuevos artículos en el borrador, la derecha podría impulsar los contenidos por su cuenta ya que sumará 34 consejeros constitucionales.
Los analistas dijeron, sin embargo, que la derecha probablemente estaría de acuerdo con algunos cambios para apaciguar a los votantes, incluso en áreas como derechos sociales o reconocimiento indígena, entre varios otros.
“Si la propuesta de Constitución está más a la derecha que la Constitución de Pinochet, la gente la va a rechazar”, dijo Navia, agregando que el resultado dejó a Boric muy herido y lejos de la imagen de líder que en campaña prometió enterrar el modelo chileno de libre mercado.
“Boric dijo que Chile era la cuna del neoliberalismo y también sería su tumba. El neoliberalismo sigue bien saludable y Boric está en el hospital, en la UCI”.
La derrota para el gobierno se produce poco después que Boric presentara su ambiciosa propuesta para aumentar el control estatal sobre proyectos estratégicos en litio y crear una nueva compañía nacional para explotar el metal blanco.
El plan ya enfrenta desafíos técnicos y políticos, ya que parte de la iniciativa debe ser aprobada por el Congreso.
El gobierno también ha tenido dificultades para avanzar en una reforma global a los impuestos, clave para impulsar otras metas sociales, que fue rechazada por los legisladores.
Rossana Castiglioni, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Diego Portales en Chile, dijo que estaba sorprendida por el bajo apoyo a los partidos de centro y el alto número de votos nulos y en blanco, lo que constituye una lección para otros líderes y gobiernos progresistas de la región.
El voto del domingo fue de participación obligatoria
“Los apoyos a veces son efímeros. No basta con ganar una elección, es muy importante lo que pasa entre elección y elección”, dijo la académica, notando que el panorama económico actual es muy diferente al de la ola izquierdista anterior en América Latina durante el auge económico de las materias primas a inicios de la década de 2000.
“La lección es que también tienen que haber procesos de adaptación estratégica por parte de la izquierda si pretende ganar las elecciones en contextos en los cuales debe enfrentar una economía que es más adversa”, añadió.
Fuente: Reuters
LEA TAMBIÉN: Las reformas fallidas complican a la izquierda latinoamericana
¡Beneficios ilimitados con tu suscripción a Gestión! Disfruta de hasta 70% de dscto. en más de 300 promociones del Club de Suscriptores, que además podrás usar todas las veces que quieras. Conócelos aquí ¿Aún no eres suscriptor?, adquiere tu plan aquí