La Niña, el fenómeno natural que propicia un enfriamiento anómalo del Pacífico oriental cercano a la costa sudamericana, podría estar detrás de la grave sequía que afecta a países como España y Marruecos y estados del oeste de Estados Unidos y, de momento, se podría alargar hasta bien entrada la primavera.
Las sequías que se dan de forma simultánea en el mismo hemisferio pueden estar relacionadas entre sí por efecto de La Niña, y cuando esto sucede, está documentado que suele haber una serie de impactos a nivel global que afectan a la circulación atmosférica, favoreciendo patrones estacionarios climáticos en diferentes lugares de La Tierra.
En el caso concreto de la Península Ibérica, y tras varios meses sin apenas lluvias, se puede empezar a pensar que La Niña es la que provoca este patrón tan seco y persistente, explica Juan Jesús González, físico, investigador en dinámica atmosférica y portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Este fenómeno natural causa cambios notables en las temperaturas globales y, especialmente, en los regímenes de lluvias a nivel global y forma parte del ciclo de Oscilación del Sur de El Niño (ENOS), que se caracteriza por las fases cálidas y frías de las condiciones oceánicas y atmosféricas en el Océano Pacífico tropical.
Para González, esta situación de escasez de lluvias, aún no se puede atribuir al cambio climático: “la sequía es una característica intrínseca del clima peninsular y este periodo de ausencia de lluvias, que ya alcanza mes y medio, es más o menos normal; lo que es anormal es lo que apuntan las predicciones de que hasta marzo, de momento, no se ve un claro escenario de lluvias”.
El actual periodo de sequía en España es la consecuencia de un bloqueo anticiclónico que provoca una ausencia prolongada de precipitaciones, además de una fuerte oscilación térmica, con más de 25° centígrados de diferencia entre la temperatura máxima y la mínima en algunos puntos.
Si la lluvia tardara en llegar podríamos empezar a hablar de algo “anómalo”, detalla el experto en dinámica atmosférica para quien, sí finalmente se contabilizaran tres meses consecutivos de ausencia de lluvias, lo que habría que empezar a preguntarse es si el cambio climático está detrás de esa situación.
Esta situación de sequía está afectand0o también a otras zonas del globo, incluso de manera “más notable”, especialmente en las que están más cerca del Océano Pacífico, como pueden ser el oeste de los Estados Unidos y países de Latinoamérica, pero también en Marruecos.
El reino aluita, al estar tan cerca de España, se encuentra fuertemente influenciado por los patrones climáticos peninsulares, y a día de hoy, afronta su peor sequía de las últimas tres décadas con un déficit de precipitación del 53% respecto a la anterior temporada.
En el otro lado de la Tierra, el oeste norteamericano también está sufriendo la más grave sequía en 1,200 años, intensificada por el cambio climático, según una investigación realizada por la Universidad de California (UCLA), que apunta que “se trata de un período de sequía extrema, prolongado durante más de dos décadas”.
Según los últimos datos del Centro de Predicción del Clima de la NOAA, la agencia meteorológica de Estados Unidos, se espera que para la temporada de invierno, que se extiende desde diciembre del 2021 hasta febrero del 2022, hay un 87% de probabilidades de que ocurra La Niña, y que abarque hasta principios de la primavera del 2022.
Incluso, y según las mismas fuentes meteorológicas americanas, hay una probabilidad del 77% de que las condiciones de La Niña en el Hemisferio Norte puedan persistir durante los meses de marzo-mayo del 2022.