La Bienal de la Arquitectura de Venecia, que se inaugura el sábado, se mide con la pospandemia y la convivencia, pero también con los desplazamientos, los conflictos, los desastres ambientales y el pedido de un mundo mejor.
Considerada la mayor cita mundial de la arquitectura, la cual tuvo que ser aplazada el año pasado por la pandemia, la Bienal abrirá sus puertas al público el sábado hasta 21 de noviembre del 2021 con estrictas medidas sanitarias como distanciamiento, uso de mascarilla, recorrido obligado y número de personas limitado.
Bajo el título “How will we live together? (¿Cómo viviremos juntos?) el arquitecto libanés Hashim Sarkis, curador de la edición número 17, ha puesto a reflexionar a los arquitectos sobre el futuro y sus retos, en uno de los momentos más difíciles de la historia reciente y después de que poblaciones enteras, pobres y ricas, tuvieran que permanecer por meses encerradas en sus hogares ante la propagación de un virus desconocido.
“El planeta necesita que vivamos juntos porque los problemas del futuro necesitan la cooperación entre naciones, instituciones y profesiones. La solución es vivir juntos”, explicó Sarkis.
El rector de la Escuela de Arquitectura y Planificación del prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) está convencido de que los arquitectos pueden aportar con el manejo del espacio personal y colectivo a esa convivencia necesaria, aún más urgente con la pandemia.
Ese es el tema central de la bienal, en la que participan 112 arquitectos y estudios invitados provenientes de 46 países y 63 pabellones nacionales repartidos entre los espacios de Giardini (Jardines), las inmensas salas del Arsenale y algunas zonas del casco histórico de Venecia.
Una nueva era
La exposición este año cuenta además con una elevada presencia de países de África, América Latina y Asia y por primera vez participan Granada, Irak, Uzbekistán y la República de Azerbaiyán.
Para aquellos que no podrán asistir, la Bienal ofrece una suerte de viaje digital, con una banda sonora en Spotify que acompaña al visitante, así como un programa diario en Twitter, Facebook, Instagram y YouTube.
Estarán en línea también las contribuciones de los arquitectos invitados y de los países participantes en el evento con el objetivo de llegar a todo el mundo a través de las nuevas tecnologías.
Dividida en cinco temáticas: Among Diverse Beings, As New Households, As Emerging Communities, Across Borders e As One Planet, (Entre seres diversos, Como nuevos Hogares, Como comunidades emergentes, A través de las fronteras y Como un planeta), el mundo de la arquitectura explora, analiza, piensa experimenta y vive.
¿La pospandemia es el comienzo de una nueva era o sólo una fase pasajera?
Al recorrer los imponentes 3,000 metros cuadrados del Arsenal, los antiguos galpones de los astilleros venecianos y los pabellones de los Jardines el tema es abordado a través de instalaciones, videos, intervenciones en curso, proyectos e ideas.
Mapas virtuales, maquetas gigantes de madera, máquinas interactivas, diseños para barrios pobres de América Latina, todas propuestas que se interrogan sobre el modelo de convivencia para el futuro próximo.
Resalta el pabellón de España, de los jóvenes arquitectos Domingo González, Sofía Piñero, Andrzej Gwizdala y Fernando Herrera que, bajo el nombre de “Incertidumbre”, reflexiona con una instalación casi artística sobre el pasado y el futuro.
También México, con 12 propuestas sobre los “Desplazamientos”, mientras las miradas se centran en el pabellón de Israel, con vigilancia propia, debido al actual conflicto.
La bienal otorgará el León de Oro Especial a la fallecida arquitecta ítalo-brasileña Lina Bo Bardi (1914-1992), diseñadora entre otros del prestigioso Museo de São Paulo, un emblemático espacio público, mientras el arquitecto español Rafael Moneo, de 83 años, recibirá el León de Oro a la Trayectoria.