Si bien el Kremlin felicitó prontamente al periodista ruso Dmitry Muratov por ganar el Premio Nobel de la Paz el viernes, la implacable represión de Rusia contra los medios independientes no muestra señales de ceder.
Esta semana, documentos filtrados de los papeles de Pandora revelaron que una presunta examante del presidente, Vladimir Putin, adquirió un apartamento de 3.6 millones de euros (US$ 4.2 millones) en Mónaco. Esto reforzó la creencia dentro del Kremlin de que hay una campaña occidental para empañar su imagen, dijeron dos personas cercanas al Gobierno. Es probable que intensifique la presión sobre los medios de comunicación independientes.
“Este fue un ataque directo a Putin”, dijo Alexander Ionov, activista a favor del Kremlin que presionó con éxito a las autoridades para que impusieran restricciones draconianas a los medios de comunicación críticos del presidente. “Vamos a librar una batalla implacable con ellos y las organizaciones que los patrocinan en Estados Unidos y el Reino Unido”.
Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, desestimó las revelaciones de los papeles de Pandora, diciendo a periodistas que “no está claro cómo se puede confiar en esta información”. Si bien Rusia siempre ha sido un entorno hostil para los periodistas que critican a las autoridades, la presión sobre los medios independientes se disparó este año después del encarcelamiento de Alexey Navalny, el crítico más abierto de Putin.
Poco después de su arresto en enero, Navalny apareció en un video de YouTube que tuvo más de 119 millones de vistas y afirmó que Putin poseía un palacio gigante en el mar Negro de US$ 1,300 millones. El líder ruso niega tener vínculos con la propiedad. Posteriormente, los fiscales declararon que la red nacional de activistas de Navalny era “extremista”.
‘Escuela de la KGB’
Roman Badanin, editor en jefe de Proekt —un sitio web investigativo que fue prohibido— se encuentra ahora en Estados Unidos y creó un nuevo medio de comunicación. Calificó las acusaciones de que es un agente occidental como “propaganda clásica al estilo soviético que le enseñaron a Putin y sus asociados en la escuela de la KGB”.
El editor en jefe de Vazhniye Istorii, Roman Anin, prometió continuar con su trabajo. “Putin y su séquito creen sinceramente que todos los periodistas de investigación independientes trabajan para los servicios de inteligencia occidentales”, dijo.
Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, criticó el mes pasado las “pseudoinvestigaciones” de los aliados de Navalny, alegando que están dirigidas por “los servicios de inteligencia de los países que ven a Rusia como su enemigo”.
Muratov, premio nobel, es editor en jefe del periódico de investigación Novaya Gazeta que cofundó en 1993 con el respaldo del exlíder soviético Mikhail Gorbachev. Dedicó el premio a cuatro de sus periodistas que habían sido asesinados “defendiendo el derecho de la gente a la libertad de expresión”, así como a un abogado y activista de derechos que había trabajado con ellos.
“Como no están con nosotros”, dijo, el Comité del Nobel “aparentemente decidió que debería decirles eso a todos”.