El Ejecutivo de Johnson afronta el reto de combinar las medidas para reactivar la economía con la necesidad de mantener las normas de seguridad para evitar el surgimiento de rebrotes de coronavirus.
El Ejecutivo de Johnson afronta el reto de combinar las medidas para reactivar la economía con la necesidad de mantener las normas de seguridad para evitar el surgimiento de rebrotes de coronavirus.

El primer ministro británico, Boris Johnson, afronta este miércoles las demandas del sector empresarial, que alerta del riesgo que un Brexit sin acuerdo puede tener en una economía ya golpeada por la pandemia, mientras su Gobierno ultima la negociación de corredores aéreos que logren reactivar el turismo.

El “daño” de un Brexit sin acuerdo

Más de cien líderes empresariales, compañías y grupos de negocios británicos han enviado una carta conjunta al jefe del Ejecutivo conservador para advertirle de que una salida de la Unión Europea no pactada, el próximo 1 de enero, sería “enormemente dañina”, dejaría a “más gente sin trabajo” y rebajaría “el nivel de vida” en el Reino Unido.

Londres mantiene conversaciones con Bruselas para pactar una nueva relación comercial tras el fin de la transición, que termina el 31 de diciembre, pero, pese a los pocos avances registrados en las negociaciones, ha descartado solicitar una extensión de ese periodo y avisa de que la separación se producirá haya o no acuerdo.

Los empresarios aducen que no disponen “de tiempo ni capacidad” para prepararse ante los “grandes cambios” en materia comercial que ocurrirán a finales de año, en un momento en que la sobrevenida crisis de la COVID-19 está teniendo un impacto significativo que llevó al PBI británico a contraerse un 20.4 % en abril.

Numerosas compañías británicas, como los grandes almacenes John Lewis y Harrods, el grupo Arcadia (propietario de tiendas como Topshop y Miss Selfridge), la cadena de restaurantes Upper Crust, easyJet y la francesa Airbus han anunciado la eliminación de miles de puestos de trabajo debido a la crisis sanitaria.

Los esperados puentes aéreos

El establecimiento de puentes aéreos que permitan a los viajeros saltarse la cuarentena que el Reino Unido ha impuesto a todos los llegados por cualquier medio de transporte, es la medida que el sector turístico espera con mayor avidez para tratar de salvar la temporada de verano, sin embargo, el retraso en el anuncio oficial ha despertado nerviosismo.

El gabinete de Johnson revelará previsiblemente mañana los destinos con los que el Reino Unido mantendrá un corredor seguro, un listado que podría incluir 50 países, según revela el diario “Daily Telegraph”, y entre los que podrían estar España, Francia, Italia y Alemania.

Se esperaba que el anuncio se realizara este lunes, pero, según apunta la prensa local, la decisión de Grecia de esperar hasta el 15 de julio para permitir los vuelos desde el Reino Unido ha retrasado las negociaciones.

El ministro británico de Empresas, Alok Sharma, ha afirmado que el trabajo “está en marcha” para ultimar estos corredores y ha agregado que se espera que el Gobierno informe de los resultados de las conversaciones “a finales de esta semana”.

Estos corredores aéreos han sido negociados con países que cuentan actualmente con un nivel bajo de casos de COVID-19 y que, por lo tanto, se consideran seguros, de modo que los que transiten entre ellos no deberán guardar cuarentenas.

La implantación de esta medida, que obliga a los llegados a suelo británico a aislarse durante 14 días bajo pena de multas de más de 1.000 euros, ha puesto en pie de guerra al sector de la aviación que, liderado por el grupo IAG, Ryanair e easyJet, ha iniciado una querella contra el Gobierno que se presentará ante la Justicia este viernes.

El Gobierno británico planea introducir a partir del 6 de julio un nuevo sistema de alerta que sustituya a la cuarentena obligatoria para facilitar los negocios y el turismo, según confirmó este sábado un portavoz.

La medida se aplicará de entrada en Gales e Inglaterra -la región más poblada del país con 56 de los 66 millones de habitantes-, mientras que el Gobierno autónomo de Escocia determinará su posición en los próximos días, según indicó en un comunicado.

Las vacaciones de los británicos, en duda

El turoperador Club Med afirmó hoy que la confusión en torno a la implantación de puentes aéreos está haciendo disminuir el nivel de reservas, ya que los británicos esperan a conocer el listado de países a los que podrán viajar antes de confirmar la compra de servicios.

La gente está retrasando las reservas ya que no se sabe si Grecia se incluirá en los puentes aéreos”, indicó un portavoz de la compañía, quien destacó que el país heleno es uno de los destinos más populares entre los británicos, después de España.

Otra empresa del sector, Deben Travel, indicó que es reacia a aceptar reservas para julio y agosto ante el temor a tener que cancelarlas.

Personalmente, no estoy preparado para correr el riesgo hasta que haya un poco más de claridad”, dijo el director de la firma, Lee Hunt.

Reactivar la economía y evitar un rebrote

El Ejecutivo de Johnson afronta el reto de combinar las medidas para reactivar la economía con la necesidad de mantener las normas de seguridad para evitar el surgimiento de rebrotes de coronavirus, que ya se han sido identificados localmente en algunas zonas de Inglaterra.

Las últimas cifras indican que se han registrado 155 nuevas muertes por COVID-19, hasta un total de 43,730 fallecidos desde que comenzó la pandemia.

El líder “tory” afronta intensas criticas sobre su gestión de la pandemia, ya que a la inicial falta de pruebas y equipos de protección se han sumado la distribución de test de anticuerpos que no han resultado fiables y el fracaso en implantar un sistema efectivo de rastreo de contagios, tras prometer que ambas herramientas iban a ser punteras.

Además, su plan para mitigar el efecto de la COVID-19 en la economía, dotado de 5,000 millones de libras (5,422 millones de euros), lo que equivale al 0.2 % del PBI británico, ha sido considerado “insuficiente” por la oposición, que los ha comparado con los alrededor de 80,000 millones que ha destinado Alemania.