El presidente de la próxima conferencia del clima de la ONU, la COP28 que se celebrará en Dubái, llamó este domingo a los gobiernos a que dejen atrás “fantasías” como el abandono precipitado de las infraestructuras energéticas existentes para cumplir con los objetivos climáticos.
“No podemos desconectar el sistema energético actual antes de construir el nuevo sistema del mañana. Sencillamente, ni es práctico ni es posible”, afirmó Sultan al Jaber durante la inauguración de la Semana del Clima de Oriente Medio y el Norte de África, una conferencia organizada por la ONU en Riad, la capital saudita.
“Tenemos que separar los hechos de la ficción, la realidad de las fantasías, el impacto de la ideología, y tenemos que asegurarnos que evitemos las trampas de la división y la distracción”, agregó.
La comunidad internacional se enfrenta a la espinosa cuestión de cómo y cuándo se deben dejar los combustibles fósiles, un tema que adquiere relevancia en un momento en que las temperaturas globales se acercan a una cota de 1,5ºC por encima del nivel registrado en la era preindustrial.
En la Conferencia del Clima de París en 2015, los países se comprometieron a no superar este umbral.
Los activistas por el medio ambiente criticaron el nombramiento de Sultan al Jaber como presidente de la COP28 que comienza el 30 de noviembre en Dubái, por su perfil, ya que es director de la empresa nacional emiratí de hidrocarburos, ADNOC.
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Pero Jaber ha logrado apoyos importantes, incluyendo el del emisario estadounidense para el Clima, John Kerry, en parte, ya que afirma estar convencido de que “la reducción progresiva de los combustibles fósiles es inevitable”.
Los altos cargos del sector energético, en los Emiratos y en otros países, especialmente Arabia Saudita, el mayor productor del mundo, argumentan a favor de seguir invirtiendo en las energías fósiles para garantizar la seguridad energética, pero contemplan una eventual transición para abandonar su uso.
El financiamiento de la lucha contra el calentamiento climático es otro de los grandes desafíos de las negociaciones. Los países en desarrollo, que tienen menos responsabilidad en el cambio climático quieren obtener dinero de los países ricos que más han contaminado para poder adaptarse a las consecuencias.
En 2009, los países ricos se comprometieron a entregar US$ 100,000 millones cada año para los países en desarrollo, pero no llegaron a este objetivo en 2020, como estaba previsto.
“Las viejas promesas deben cumplirse, incluyendo los US$ 100,000 millones prometidos hace más de una década”, sostuvo Jaber.
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Una encrucijada
En la COP27 de 2022 en Sharm el Sheij, en Egipto, se acordó la creación de un fondo de “pérdidas y daños” para los países más pobres.
“Tenemos que hacer que el fondo de pérdidas y daños prometido en Sharm el Sheij sea una realidad en Dubái”, destacó Jaber.
La conferencia en Arabia Saudita busca “poner en relieve los desafíos y las soluciones en una región que es una de las más vulnerables a los efectos del cambio climático”, afirmaron los organizadores de la reunión en un comunicado este domingo.
Estos países viven confrontados a altas temperaturas y a falta de agua y más de 60% de la población “tiene un acceso limitado o nulo al agua potable”, destacaron los organizadores que señalaron que “el alza de las temperaturas puede provocar una sequía más persistente y más aguda”.
Jaber mencionó fenómenos extremos como la tormenta Daniel, que en septiembre provocó inundaciones mortíferas en Libia.
“El cambio climático no es una amenaza que nos espera a la vuelta de la esquina, la región lo sabe por experiencia con las olas de calor y la falta de agua”, afirmó Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente.
Para Simon Stiell, secretario ejecutivo de la ONU para el cambio climático, la región está “en una encrucijada, confrontada no solamente a los efectos devastadores del cambio climático, pero también a los desafíos de la transición de sus economías para asegurar la prosperidad en un mundo alineado con los 1,5°C”.
Fuente: AFP
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