El primer ministro japonés Fumio Kishida dijo que visitará la planta nuclear de Fukushima, destruida por un tsunami, el domingo antes de decidir la fecha para soltar las aguas residuales radiactivas mientras su gobierno trata de lograr aceptación para su controvertido plan en el país y el exterior.
“El gobierno ha llegado a la etapa final en la que debemos tomar una decisión”, dijo Kishida a la prensa en Washington el viernes al finalizar la cumbre a la que asistió con los jefes de gobierno de Estados Unidos y Corea del Sur en la casa presidencial de descanso en Camp David.
Desde que anunció el plan de liberación de las aguas hace dos años, el gobierno enfrenta una fuerte oposición de las organizaciones pesqueras, que temen los daños que sufrirá la reputación de sus frutos de mar. Diversos grupos en Corea del Sur y China también han expresado sus inquietudes, lo que ha transformado el problema en un asunto político y diplomático.
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El gobierno y la empresa operadora Tokyo Electric Power Co. dicen que es necesario liberar el agua para permitir el desmantelamiento de la planta e impedir filtraciones accidentales de los tanques porque buena parte del agua sigue estando contaminada y requiere mayor tratamiento.
La liberación “no se puede aplazar”, dijo Kishida.
Japón ha recibido el apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica para mejorar su transparencia y credibilidad y asegurar que el plan de TEPCO cumple con los estándares internacionales de seguridad. El gobierno ha acelerado una campaña para promover la seguridad de su plan en el interior y a través de los canales diplomáticos.
El OIEA dijo en un informe final en julio que el plan de TEPCO, si se realiza, según los estándares estrictos diseñados, tendrá un impacto mínimo sobre el ambiente y la salud humana, y alentó a Japón a llevarlo a cabo.
Mientras pide comprensión al sector pesquero, el gobierno ha dado explicaciones a Corea del Sur para impedir que el problema interfiera con el fortalecimiento de sus relaciones. Seúl y Washington se esfuerzan por fortalecer las relaciones trilaterales frente a las amenazas crecientes chinas y norcoreanas.
(Con información de AP)
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