Israel sigue este domingo bombardeando la Franja de Gaza, pese al aumento de la presión para que el gobierno israelí negocie la liberación de los rehenes secuestrados por el movimiento islamista palestino Hamás.
El gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está cada vez más presionado, sobre todo desde que se supo el viernes que soldados mataron a tres rehenes “por error” tras confundirlos con combatientes palestinos.
Los tres rehenes formaban parte de las cerca de 250 personas capturadas en el ataque sin precedentes de Hamás el 7 de octubre en suelo israelí, en el que murieron 1,140 personas, según las últimas cifras de las autoridades. Unas 129 personas permanecen cautivas en la Franja de Gaza.
Israel prometió “aniquilar” a Hamás y bombardea sin cese el territorio palestino, donde han muerto unas 18,800 personas, de las cuales un 70% son mujeres y menores, según el ministerio de Salud del enclave, gobernado por Hamás desde 2007.
“Mueren demasiados civiles”, dijo la ministra francesa de Relaciones Exteriores, Catherine Colonna, en viaje a Israel, desde donde instó a “una nueva tregua humanitaria inmediata y duradera”.
Su homólogo israelí, Eli Cohen, reiteró la posición de su gobierno, para quien un alto el fuego es “un regalo para Hamás”.
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“Baño de sangre”
En el norte de la Franja se podían ver el domingo espesas humaredas tras los bombardeos israelíes.
El ministerio de Salud de Hamás dio cuenta de 24 muertos en el campo de refugiados de Jabaliya, muchos de los cuales están todavía “bajo los escombros”.
Otros bombardeos mataron al menos a 12 personas en la ciudad de Deir al Balah, en el centro del enclave. Testigos también informaron de ataques aéreos en la ciudad meridional de Bani Suheila, y la AFPTV constató intensos combates en la ciudad de Gaza.
El servicio de urgencia del hospital Al Shifa, en el norte de Gaza, se ha convertido en “un baño de sangre”, con cientos de pacientes en el interior y nuevos heridos que llegan “cada minuto”, afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los ataques israelíes han devastado gran parte del territorio y la ONU estima que 1,9 millones de gazatíes se han visto forzados a dejar sus casas.
El papa Francisco lamentó al final de la plegaria del Ángelus la muerte el sábado de dos mujeres en una parroquia católica en Gaza y afirmó que en este territorio hay “civiles indefensos” que son blanco de disparos y bombardeos.
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“Traer a los rehenes vivos”
En Israel, la presión es cada vez mayor para liberar a los rehenes todavía cautivos en el territorio palestino.
Cientos de personas se manifestaron el sábado en Tel Aviv. Luego acamparon delante de la sede del ministerio de Defensa para reclamar el regreso de sus familiares.
“El gobierno israelí debe (...) poner sobre la mesa su mejor propuesta para traer a los rehenes vivos. Vivos”, insistió Ruby Chen, padre de Itay Chen.
Más de 100 israelíes y extranjeros capturados fueron liberados a cambio de 240 prisioneros palestinos durante una tregua de una semana en noviembre, auspiciada por Catar.
Pero según Netanyahu es necesario “mantener la presión militar” para traer a los rehenes y acabar con Hamás.
Catar confirmó el sábado que estaba llevando a cabo “esfuerzos diplomáticos para restablecer una pausa humanitaria”.
Según la página de informaciones Axios, el jefe de los servicios de inteligencia israelíes, David Barnea, se reunió el viernes con el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, que participó en las negociaciones de la anterior tregua.
Hamás rechaza “cualquier negociación” si “la agresión contra nuestro pueblo no cesa completamente”, según informó en Telegram.
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Temor a las tensiones en la región
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, también estará en Israel, Baréin y Catar esta semana para reiterar “el compromiso de Washington en reforzar la seguridad y la estabilidad regionales”.
Estados Unidos, el mayor aliado de Israel, ha urgido estos últimos días una fase de “menor intensidad” en la operación israelí, para proteger a los civiles.
El jefe de la diplomacia británica, David Cameron, y su homóloga alemana, Annalena Baerbock, también llamaron a un “alto el fuego duradero”, en un texto publicado en el Sunday Times.
Fuera de Gaza, la Autoridad Palestina lamentó el domingo la muerte de cinco palestinos en Cisjordania ocupada, donde la violencia se ha disparado desde el estallido del conflicto.
La guerra también hace temer un aumento de las tensiones en la región, especialmente en Líbano, donde se encuentra el movimiento proiraní Hezbolá, aliado de Hamás.
En el norte de Israel, en la frontera con Líbano, hay cruces de disparos a diario entre el ejército israelí y Hezbolá.
La jefa de la diplomacia francesa pidió el domingo una “desescalada” de la violencia en esa frontera. “Si hay una espiral, una conflagración, creo que nadie saldrá beneficiado, y lo digo también por Israel”, dijo Colonna.
Y en el mar Rojo, una estratégica ruta comercial por la que circulan 20,000 barcos cada año, varias grandes compañías mundiales de transporte marítimo suspendieron el paso de sus navíos debido a los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen, cercanos a Irán, presentados como respuesta a la guerra entre Israel y Hamás.
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