La invasión rusa a Ucrania está provocando una ola de hambre colateral en otras partes del mundo, alertó el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, que proporciona ayuda alimentaria de emergencia a un millón de personas en varias zonas de ese país.
“El conflicto está desencadenando una ola de hambre colateral en otras partes del mundo”, pues el alza de los precios mundiales de los alimentos por la guerra “afectará a los precios locales de los alimentos y limitará aún más el acceso a los mismos para millones de personas que ya están bajo presión debido a la inflación alimentaria en sus países”, dijo en un comunicado.
El organismo de la ONU recordó que los precios de los alimentos “han aumentado considerablemente desde el inicio del conflicto, alcanzando un máximo histórico en febrero del 2022″.
“El aumento de los precios significa que más personas en todo el mundo caerán en el hambre”, explicó su directora regional, Corinne Fleischer, que destacó que “las consecuencias del conflicto se irradian hacia el exterior”.
Además, “en el PMA también tenemos que pagar más por los alimentos que compramos, por lo que nuestras operaciones para ayudar a esas personas también se ven afectadas. Necesitamos que el mundo dé un paso adelante en este momento crítico”, añadió.
Actualmente, la agencia de Naciones Unidas proporciona ayuda alimentaria de emergencia a un millón de personas en varias zonas de Ucrania, gracias a la creación de sistemas capaces de entregar alimentos a gran escala a las comunidades necesitadas con camiones, trenes y minifurgonetas.
“Tras una ampliación masiva de las operaciones, el PMA ha proporcionado 330,000 barras de pan recién horneadas a las familias de la ciudad de Kharkiv, asistencia en efectivo a los desplazados de Lviv y alimentos listos para consumir en varias partes del país”, aseguró.
Los suministros alimentarios “también han llegado a las zonas de conflicto de Sumy y Kharkiv a través de dos convoyes humanitarios interinstitucionales”, a pesar de “la inestabilidad de la situación de seguridad, las dificultades para encontrar socios sobre el terreno y los retos que supone atender a una población en movimiento”.
“Hace apenas un mes, no teníamos presencia en el terreno, ni personal, ni red de proveedores o socios”, señaló Jakob Kern, coordinador de emergencias del PMA para Ucrania, al destacar que “ahora que las estructuras están en marcha, necesitamos la financiación para ayudar a los tres millones de personas que la necesitan”.
Más de 6.5 millones de personas están desplazadas dentro de Ucrania y los sistemas de la cadena de suministro previos al conflicto para alimentar a la población del país se han roto, explicó el organismo.
El PMA necesita US$ 590 millones para ayudar a 3.1 millones de personas afectadas por la crisis y a los desplazados internos dentro de Ucrania con distribuciones en especie y en efectivo, así como a los refugiados y solicitantes de asilo de Ucrania en los países vecinos durante los próximos tres meses.