Los países de la Unión Europea aprobaron este el duodécimo paquete de sanciones contra Rusia, cuya principal medida es la prohibición a la compra y a la exportación de diamantes rusos, una de las principales vías de Moscú para financiar la guerra en Ucrania.
La medida entrará en vigor el próximo 1 de enero, cuando se empiece a aplicar el mecanismo que han creado los países del G7 para trazar los diamantes rusos a lo largo de toda la cadena global de producción y garantizar así la efectividad de las sanciones.
La creación de este mecanismo ha sido fundamental para que Bélgica, líder mundial en la industria de las piedras preciosas, levantase el veto que ha mantenido hasta ahora a la inclusión de los diamantes en los once paquetes que la Unión Europea había aprobado hasta la fecha contra Rusia.
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En concreto, la Unión Europea prohibirá la venta, la importación y las transferencias directas e indirectas de los diamantes que se originen en Rusia y a los que transiten por el país.
También a los diamantes rusos que se procesen en terceros países, pero las sanciones contra este tipo de piedras preciosas se empezarán a aplicar de forma progresiva el 1 de marzo y estarán completamente en vigor en septiembre, según explicaron a EFE fuentes diplomáticas.
Con el duodécimo paquete de sanciones, la Unión Europea amplió la lista de los bienes de doble uso y tecnología militar que no podrá exportar a Rusia porque Moscú los ha utilizado en los sistemas militares que se han encontrado en el campo de batalla.
Y reforzó los controles sobre las exportaciones de las empresas que apoyan a la industria militar rusa, algunas de ellas de China o Irán.
Los Veintisiete volvieron a ampliar la lista de personas y entidades rusas que tienen prohibida su entrada en la Unión Europea y a las que se les han congelado los bienes y activos que tengan en territorio comunitario.
El nuevo paquete incluye excepciones a la importación de bienes rusos de uso personal, como productos de higiene.
Prohíbe también la entrada terrestre desde Rusia a la Unión Europea, una medida que han reclamado sobre todos los países del este, a la que Austria mostró grandes reticencias porque afecta también a los ciudadanos europeos.
Ahora, la única forma para entrar a la Unión Europea desde Rusia será por vía aérea, haciendo escala en un país tercero.