La economía global crecerá 3.2% este año y otro tanto el que viene, muestra de una “extraordinaria resiliencia”, con una mejora en países desarrollados como Estados Unidos y en mercados emergentes como India y Brasil, pronosticó este martes el FMI.
La actualización de las perspectivas de la economía mundial incluye pocos cambios respecto a la anterior, publicada en enero.
“La economía mundial sigue mostrando una considerable resiliencia, con un crecimiento que se mantiene estable y una inflación a la baja, pero aún quedan muchos retos por delante”, declaró a periodistas el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Pierre-Olivier Gourinchas.
“El camino ha sido accidentado”, por problemas en la cadena de suministro, una guerra en Ucrania que desencadenó una crisis energética y alimentaria y una subida de la inflación, seguida de un aumento de las tasas de interés, explica el FMI.
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Pero “pese a muchas predicciones sombrías, el mundo evitó la recesión”, añade.
Y es que a pesar de unas tasas altas y una inflación que varía de un país a otro (cercana al objetivo en Europa, baja en China pero aún demasiado alta en Estados Unidos), la economía mundial no flaquea, gracias en parte a la solidez del empleo y el consumo.
Fortaleza de EE.UU.
Es el caso de la mayor economía mundial, Estados Unidos, que crecerá 2.7% este año, en comparación con el 2.1% anticipado hace tres meses.
“Los muy sólidos resultados de Estados Unidos son fruto del crecimiento de la productividad y de la oferta de mano de obra, pero también de una demanda que sigue siendo fuerte y podría hacer subir la inflación. Esto debería incitar a la Reserva Federal a adoptar un enfoque prudente y gradual de relajación” de su política monetaria, explicó Gourinchas.
Esta tendencia no se refleja en las demás economías avanzadas, en particular en la zona euro, donde el crecimiento, ya de por sí débil, ha sido revisado ligeramente a la baja hasta el 0.8% (-0.1 puntos porcentuales, pp) debido a la fragilidad de las dos principales economías de la región: Alemania y Francia.
España es una de las pocas excepciones, con una subida de 0.4 pp en la actualización de previsiones del Fondo, hasta el 1,9%.
Entre las economías emergentes, India y Brasil son las más afortunadas.
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La demanda interna y el aumento de la población económicamente activa aúpan a India entre los países con más crecimiento del mundo: 6.8%.
El crecimiento en Brasil (2.2%, +0.5 pp sobre la previsión anterior) sería inferior al de 2023, debido a los efectos del ajuste monetario y la consolidación presupuestaria en curso, pero mejora sobre el dato de enero.
Por el contrario, la economía mexicana retrocede 0.3 pp a 2.4%, entre otros por una contracción del sector manufacturero.
Las previsiones económicas del FMI para el resto de la región este año varían considerablemente: Bolivia crecerá 1.6%, Colombia 1.1%, Ecuador 0.1%, Paraguay 3.8%, Perú 2.5%, Uruguay 3.7% y Venezuela 4%. Centroamérica progresará por su parte 3.9% y el Caribe 9.7%.
Para Argentina, la organización financiera mantiene su previsión de enero: el PBI se contraerá 2.8% este año en medio del ajuste fiscal llevado a cabo por el gobierno del presidente ultraliberal Javier Milei, en un intento por restablecer la estabilidad macroeconómica.
El pronóstico para la inflación argentina es igual de pésimo. La organización proyecta que roce el 250% este año para bajar hasta casi 60% en 2025.
Debilidad china
Tampoco cambian las previsiones para China, con un crecimiento esperado del 4.6% este año, señal de que la desaceleración de su economía continúa.
“El gobierno chino anunció el mes pasado medidas para estimular la economía, pero la debilidad del sector inmobiliario sigue siendo persistente y nuestro planteamiento, teniendo en cuenta estos dos factores, es dejar sin cambios nuestras previsiones”, detalló Gourinchas.
Al igual que en 2023, la economía rusa se mantiene sólida este año con una expansión proyectada de 3.02% (+0.6 pp sobre enero) pese a las sanciones internacionales. Rusia mantiene su maquinaria aceitada debido a la inversión pública en gasto militar para financiar la guerra en Ucrania.
El optimismo del FMI es a corto plazo. Para más adelante los pronósticos mundiales no son boyantes.
Las perspectivas están “por debajo del promedio anual histórico de 2000 a 2019 del 3.8%”, lo cual refleja “políticas monetarias restrictivas y retiradas de apoyo fiscal, así como una baja productividad subyacente”, se lee en el informe conocido como WEO (World Economic Outlook), que el FMI difunde al comenzar sus asambleas esta semana en Washington.
Y a mediano plazo, en producción y comercio, las previsiones siguen siendo las “más bajas en décadas”.
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